Ocean Sentry
El Departamento de Pesca y Océanos (DFO) de Canadá ha confirmado la muerte de otra ballena franca del Atlántico Norte en el golfo de San Lorenzo, en Terranova. En total, el número de ballenas halladas muertas desde el 7 junio en el golfo de San Lorenzo se eleva ya a 10.
El departamento ha emitido un comunicado en Twitter diciendo que “el número de muertes sin precedentes es extremadamente preocupante.”
Quedan unas 525 ballenas francas del Atlántico Norte en todo el mundo y al menos 10 han muerto en la costa atlántica de Canadá durante los últimos dos meses.
El grupo para la conservación Marine Animal Response Society (MARS) dice que es muy probable que hayan muerto más ballenas y sus cuerpos no hayan sido encontrados. También advierte que ésta no será la última muerte.
La ballena franca del Atlántico Norte o septentrional (Eubalaena glacialis) – con una esperanza de vida de unos 75 años, 18 metros de longitud y 96.000 kg de peso – es una de las grandes ballenas más amenazadas del mundo. Suele hallarse normalmente en la costa atlántica de Canadá y los Estados Unidos.
La especie ha estado viviendo en la bahía de Fundy y aguas de la cuenca Roseway hasta hace unos cinco años y según MARS empezaron a aparecer recientemente en el golfo de San Lorenzo.
Explica que puede deberse a una escasez de alimento en la bahía de Fundy, sin embargo la causa exacta – y si está o no relacionada con el cambio climático – todavía se sigue investigando. “En estos momentos se desconoce cómo les afectará el calentamiento del océano”.
Aunque todavía no está claro, las colisiones con barcos, enredos en los aparejos de pesca y la contaminación pueden ser causas de las muertes. Añade que las autopsias preliminares hallaron que tres murieron por trauma contundente y otra debido a un enredo crónico.
La causa de la muerte para las otras ballenas sigue sin estar clara y a menudo puede ser difícil saberla dada la rápida descomposición de las ballenas.
“Lo principal ahora es un esfuerzo conjunto”, dice MARS, añadiendo que el gobierno, grupos por la conservación y científicos tienen que trabajar conjuntamente para abordar el problema.
Añade que los enormes animales no se reproducen rápidamente. Solo han nacido cinco crías este año, lo que aumenta la presión por salvar a las ballenas que quedan.
La especie fue muy cazada debido a su gran valor para los balleneros. Se la consideraba la especie “adecuada para cazar” (de ahí deriva su nombre común en inglés). Las ballenas francas del Atlántico Norte fueron las primeras en ser cazadas con fines comerciales por los vascos a lo largo de la costa atlántica.
La caza durante casi mil años llevó a esta especie al borde de la extinción a principios del pasado siglo.
