Autoridades federales investigan desde el martes la matanza de una ballena gris protegida después de que ésta se extraviara en un río de Alaska en una área donde los nativos dependen de la caza y la pesca como modo de subsistencia.
Los cazadores nativos acribillaron a la ballena de 11,2 metros con armas de fuego y arpones hasta que acabó hundiéndose en el fondo del río Kuskokwim, cerca de la aldea esquimal Yup’ik en Napaskiak. El sábado, su cuerpo sin vida apareció flotando en la superficie debido a los gases provocados por la descomposición.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) informa que la caza de ballenas grises no está autorizada – ni siquiera por parte de los nativos.
“Comprendemos que estos nativos viven un modo de vida de subsistencia y que dependen del océano como fuente de recursos,” decía Sur Fisher, del Instituto de Bienestar Animal. “Pero no tienen permitido cazar ballenas grises”.
En un caso similar, los aldeanos de la bahía de Tokssok, en Alaska, mataron el año pasado a una yubarta, que llevó a la NOAA a abrir una investigación que finalmente no dio lugar a sanciones.
Actualmente existen dos poblaciones de ballenas grises: una pequeña población que viaja entre el mar de Ojotsk y Corea meridional (población del Pacífico noroeste) y otra más grande que viaja (hasta 10.000 km) entre las aguas de Alaska y Baja California Sur (población del Pacífico noreste).
La ballena gris del Pacífico noreste, también llamada ballena gris de California, está protegida por la normativa federal. Los animales suelen verse en aguas de Alaska, pero los aldeanos dicen que nunca antes habían visto a una remontar el río Kuskokwim.
En verano, la ballena gris se alimenta en los mares de Bering, Chukchi y Beaufort y cada invierno migra a las bahías de Baja California para aparearse y reproducirse.
La intensa caza ballenera redujo dramáticamente la población de ballena gris. De las tres poblaciones originales, una está extinta en el Atlántico Norte, la del Pacífico noreste se ha recuperado de sus niveles muy bajos, con unos 26.000 individuos actualmente, y la del Pacífico noroeste está en estado crítico, con unos 150 individuos.
Las ballenas grises llevan a cabo una de las migraciones anuales más largas del planeta. En 2015, la ballena gris llamada Varvara nadó casi 14.000 millas (22.500 kilómetros) desde la isla Sakhalin en Rusia hasta la costa oeste de los Estados Unidos cruzando el Océano Pacífico y bajando luego hasta Baja California, en México.
Su viaje superó la marca registrada por una yubarta que había nadado 10.190 millas. Se pensaba que Varvara era una ballena gris del Pacífico noroeste, pero su impresionante capacidad para navegar enormes distancias es impresionante. Eso podría significar que algunas ballenas grises del Pacífico noroeste en realidad son ballenas grises del Pacífico noreste, lo que significa que la población estimada de 150 ballenas grises del Pacífico noroeste podría ser incluso inferior.
En 1947 la Comisión Ballenera Internacional declaró a la ballena gris especie protegida, excepto una cuota de caza anual para los aborígenes de la costa pacífica de la antigua Unión Soviética.