Los pescadores de Taiji hallaban, con apenas dificultad, a otra familia de delfines cabeza de melón, obligándola a cambiar su rumbo y conduciéndola violentamente hacia la infame cala.
Ningún miembro de esta desamparada familia se libraba de la muerte segura. Los voluntarios del Dolphin Project sobre el terreno, los Cove Monitors, gravaban con sus cámaras como los 23 delfines, unos muertos y otros todavía agonizando, eran sacados de la cala mediante cabos atados a sus aletas caudales para ser descuartizados en el puerto.
Mientras se debatían entre la vida y la muerte, los delfines se mantuvieron estrechamente aferrados los unos a los otros, aterrados, en lo que serían sus últimos momentos como unidad familiar.
Estas brutales cazas están siendo documentadas año tras año por un equipo de voluntarios de la organización sin ánimo de lucro Dolphin Project, haciendo que el mundo sea testigo de lo ocurre en esta remota parte de Japón.
Sus cámaras siguen y seguirán presionando al mundo y a los gobiernos para que esta práctica cruel e innecesaria acabe de una vez por todas.
Si quieres ayudar a los delfines en Taiji, por favor entra en el enlace.