Ocean Sentry
Ha sido publicada la primera evaluación de riesgos del consumo humano de partículas de plástico a través del consumo de marisco y, tal y como uno puede imaginarse, los resultados no son buenos. Se estima que el consumidor humano de pescado y marisco podría estar ingiriendo hasta 11.000 micropartículas de plástico al año.
Durante los últimos años se ha explorado a fondo la ingesta de partículas de plástico por las criaturas marinas. Sin embargo no ha sido hasta ahora que se ha investigado el consumo de plásticos por el humano y los peligros para su salud a largo plazo.
En el estudio, los investigadores han revelado que el torrente sanguínero del humano que consume regularmente marisco está absorbiendo sin saberlo miles de diminutos trozos de plástico, con efectos desconocidos para su salud.
Según los científicos, sus resultados revelan que los europeos consumen actualmente hasta 11.000 micropartículas al año y que el 99 por ciento de estas pasan a la sangre, pero que un 1 por ciento, que equivaldría a unas 60 partículas, es absorbido por los tejidos del cuerpo y se acumula a lo largo del tiempo.
Uno puede considerar que no es una gran cantidad por la que preocuparse por ahora sin embargo, en base a las tendencias actuales tanto de los plásticos que van a parar al mar como del consumo humano de marisco, sus predicciones también revelan que a finales de siglo esa cifra podría alcanzar las 780.000 microplásticos consumidos por persona al año, alrededor de 4.000 partículas absorbidas por el organismo.
“Ahora que sabemos que entran en nuestro organismo y que pueden permanecer allí durante tiempo, necesitamos saber qué ocurre con estos plásticos,” dice. “¿Dónde van? ¿El tejido los encapsula y el organismo se olvida de ellos o están causando inflamación u otras dolencias? ¿Se liberan los químicos del plástico y causan toxicidad? No lo sabemos, pero necesitamos saberlo.
Los microplásticos – trozos de plástico que miden menos de 5 mm – proceden de una amplia variedad de fuentes, incluidos plásticos más grandes que se fragmentan en trozos más pequeños debido a la acción del sol o el mar. Las microsferas, un tipo de microplástico, son pequeños trozos de plástico polietileno que se añade como exfoliante en productos de belleza, geles de ducha y pastas dentríficas. Estas diminutas partículas pasan fácilmente a través de los sistemas de filtrado y acaban en el océano, constituyendo una amenaza potencial para la vida marina y humana.
Una investigación conducida el año pasado sugirió que en 2050 habrá más plástico que peces en el océano. Las estadísticas revelaron que en los océanos del mundo hay más de un millón de billones de trozos de plástico, el equivalente a si un camión de basura volcara toda su carga al mar cada minuto. En 2050 se prevé que el equivalente sea de cuatro camiones.
