Ocean Sentry
El emblemático pingüino ojigualdo podría desaparecer de la Península de Otago en Nueva Zelanda en 2060, advierte un grupo de científicos, que pide una acción coordinada de conservación.
Para el estudio, publicado en la revista PeerJ, los científicos modelaron los factores que están provocando el descenso de la población de la especie y piden acciones para reducir las amenazas regionales.
Según los modelos de previsión de los investigadores, el éxito reproductivo del pingüino ojigualdo seguirá disminuyendo hasta que la especie desaparezca en 2060 debido principalmente al aumento de las temperaturas del mar. Pero estas previsiones también revelan dónde podrían ser más efectivos los esfuerzos de conservación aumentando con ello la resistencia de los pingüinos al cambio climático.
El pingüino ojigualdo, clasificado en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), es una atracción clave para el turismo neozelandés. Sin embargo, las posibilidades de verlos en estado silvestre se están desvaneciendo rápidamente, sugiere la nueva investigación.
El autor principal del estudio el Dr. Thomas Mattern de la Universidad de Otago dice que las predicciones de su equipo son estimaciones conservadoras que no incluyen los eventos de mortandad adicionales tales como el visto en 2013, en el que murieron 60 pingüinos.
“Cualquier pérdida adicional de individuos adelantará la fecha de su extinción local”, dice Mattern.
La situación se agrava progresivamente si en la simulación de la futura población se incluyen los años recientes de precaria reproducción que empezaron en 2013.
“Cuando en los modelos se incluyen las tasas de supervivencia en adultos desde 2015, la proyección prevé que la especie se extinguirá a nivel local en los próximos 25 años,” añade el Dr, Stefan Meyer, otro de los coautores.
Los investigadores indican que el pingüino ojigualdo es emblemático de Nueva Zelanda, llenando vallas publicitarias de todos los aeropuertos importantes, apareciendo en los billetes de 5 dólares neozelandeses y usados ampliamente en marcas y anuncios.
“Pero a pesar de tanta celebración, la especie se está extinguiendo lentamente,” dice.
“Es aleccionador ver áreas una vez concurridas de pingüinos ojigualdos ahora descuidadas y silenciosas, con solo una pareja resistiendo,” dice la Dra. Ursula Ellenberg, que lleva investigando la especie desde hace 14 años.
El aumento de la temperatura de la superficie de las aguas marinas explica, en parte, la tendencia negativa de la población.
“El problema es que no disponemos de datos suficientes para examinar la magnitud de los impactos humanos, que van desde las interacciones de la especie con la pesca y la introducción de depredadores a la perturbación humana, todo lo cual contribuye a la desaparición del pingüino,” dice Mattern.
“Sin embargo, considerando que el cambio climático representa solo un tercio de la variación en la población, esos otros factores juegan claramente un papel importante. A diferencia del cambio climático, estos factores podrían gestionarse a escala regional,” dice.
El profesor Phil Seddon, de la Universidad de Otago, dice que aparte de hacer sonar la alarma sobre el estado del pingüino en Nueva Zelanda, el estudio también destaca la importancia de los conjuntos de datos a largo plazo.
“En la era actual de la ciencia rápida, los proyectos a largo plazo se han convertido en una rareza. Sin más de 35 años de monitorización, todavía no hemos aprendido lo que le está ocurriendo a nuestro icono nacional, al pingüino ojigualdo,”dice.
A pesar de la urgencia, los pingüinos siguen ahogándose en las redes que se despliegan en las áreas de alimento de la especie, siguen sufriendo la degradación de su hábitat marino debido a la actividad humana y siguen muriendo debido a toxinas no identificadas.
Los autores concluyen que “ahora que todos sabemos que el pingüino ojigualdo está desapareciendo en silencio tenemos que elegir. Sin medidas de conservación inmediatas, enérgicas y efectivas perderemos a estos pingüinos de nuestras costas en el transcurso de nuestras vidas.”
