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Investigación médica invasiva en los delfines de la marina estadounidense

Mucha gente sabe que la marina de los Estados Unidos tiene delfines mulares cautivos en la bahía de San Diego con fines militares. Lo que quizás no todo el mundo sabe es que estos mismos delfines son usados frecuentemente para investigaciones médicas, gran parte muy invasivas. 

La veterinaria Stephanie Venn-Watson trabaja para la Fundación Nacional de Mamíferos Marinos (NMMF). La organización sin ánimo de lucro afirma que hay más de 1.000 estudios validados por expertos en los que han sido usados tanto delfines cautivos como salvajes.

Registros fiscales revelan que la fundación recibió 11 millones de dólares en subvenciones del gobierno el año pasado, así como 700.000 dólares en pagos por servicios del Programa de Mamíferos Marinos de la Marina.

Los delfines mulares de la marina son adiestrados para detectar minas submarinas como parte de misiones militares. Sin embargo, la investigación médica que se lleva cabo con ellos tiene por objetivo curar enfermedades humanas como la diabetes tipo 2.

“Hace unos años descubrimos que los delfines tienen un “interruptor” que puede activar o desactivar la diabetes. Imagina lo que esto significaría para los animales y los humanos con diabetes si pudiéramos desactivarla,” decía la NMMF en un vídeo promocional en 2015.

Encerrados en la bahía de San Diego durante décadas, los delfines de la marina han desarrollado multitud de enfermedades crónicas parecidas a las de los humanos; enfermedades como cálculos renales, enfermedades hepáticas, exceso de hierro y cuadro de prediabetes.

“La prevalencia de estas condiciones en el programa de los delfines de la marina es mucho mayor que en estado silvestre,” dice la Dra. Naomi Rose, experta en mamíferos marinos del Instituto de Bienestar Animal en Washington DC.

Rose cree que la investigación en delfines debería centrarse en la conservación en lugar de la cura de enfermedades humanas.

“Si vas a mantenerlos en cautividad entonces la investigación que se haga con ellos tiene que tener un efecto directo y positivo en su conservación en estado salvaje. Tiene que ser de valor para los delfines,” dice.

Varias de las investigaciones que lleva a cabo el NMMF, en realidad, se centran en la conservación, pero también puede ser invasiva en distintos grados.

En un estudio de 2016, se suministró cortisona a los delfines para determinar qué niveles pueden medirse en la grasa del animal. El estudio necesitó hasta nueve biopsias de grasa obtenidas de las espaldas de los delfines durante cinco días.

“Se les puso una compresa fría sobre la piel del lugar de la biopsia durante varios minutos antes de llevar a cabo la biopsia para adormecer la zona,” escriben los investigadores del estudio.

“Se requirieron entre dos y tres agujas por muestra para obtener la grasa suficiente,” reveló el estudio.

Los científicos también obtuvieron muestras fecales usando un catéter de 15 pulgadas insertado en el ano del animal.

En un estudio de 2008 y en otro de 2011, los delfines de la marina se vieron sometidos a aguas cercanas al punto de congelación, en parte, para descubrir si los animales podían vivir en aguas heladas del océano en una base submarina de la marina en el estado de Washington.

Durante 10 días, los delfines fueron monitorizados en busca de indicios de estrés por frío, tales como aumento de la frecuencia respiratoria y temblores.

“Básicamente obligaron a estos animales a condiciones térmicas que están totalmente fuera de su norma fisiológica. Todo para poder moverlos a una base submarina,” dice Rose.

En el estudio de 2010, científicos del NMMF usaron una sonda para alimentación para obligar a hacerles tragar un galón de agua marina. La finalidad era monitorizar la regulación ósmica – niveles de agua y sal – en el cuerpo de los delfines.

Se les colocó un catéter en la vejiga para obtener muestras de orina durante un periodo de 25 horas.

Algunos de los delfines se negaron al procedimiento y el estudio en esos animales tuvo que detenerse, según un artículo publicado.

“El animal no quiere formar parte de esto. Está expresando su malestar. Revela reticencia a participar,” dice Rose.

La marina usa delfines mulares y un par de otras especies en algunos de sus trabajos. Según la Dra. Rose, la marina de los Estados Unidos tiene delfines en cautividad desde la década de los años 60.

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