Home / Noticias / Medio Ambiente / El protector solar puede estar matando la vida marina, informa un estudio
Ceratium sp.(Dinophyta). Credits: Keisotyo/Wikipedia

El protector solar puede estar matando la vida marina, informa un estudio

El estudio ha hallado que las partículas halladas en los protectores solares afectan a las algas y los investigadores advierten que en altas concentraciones puede acabar alterando los ecosistemas.

Un nuevo estudio conducido por investigadores de la Universidad de Hong Kong ha revelado que las diminutas partículas químicas en algunas lociones podrían ser “asesinos silenciosos” de algas microscópicas, una fuente de alimento crucial en los ecosistemas marinos.

El equipo halló que los protectores solares que contienen nanopartículas de óxido de zinc, un ingrediente cada vez más popular para reducir la pegajosidad de estos productos, reducen entre un 40 y un 67 por ciento el promedio de vida tanto de microalgas de agua dulce como marina. Los organismos fueron expuestos a elevadas concentraciones durante cuatro días.

Según la investigación, la mitad de la muestra de la población murió durante las pruebas. Los resultados del equipo fueron presentados recientemente en la revista Scientific Reports.

Las nanopartículas liberan un grupo de químicos llamadas especies reactivas de oxígeno que dañan las microalgas y alteran su crecimiento.

“Si hay miles de personas nadando en verano y se liberan elevadas concentraciones en las playas de Hong Kong podría suponer una amenaza para el tamaño de la población de microalgas costeras,” dice el profesor Kenneth Leung Mei-yee y coautor del estudio.

“Las microalgas forman la base de la cadena alimentaria marina en el ecosistema, proporcionando una fuente de alimento para otros organismos marinos. Esto podría causar un efecto en cascada, que significa que otros miembros más arriba en la cadena alimentaria podrían verse afectados si tienen menos alimento que consumir”, dice Leung.

Los resultados respaldan investigaciones anteriores que revelaron que los materiales nano (100.00 veces más pequeños que la anchura de un cabello humano) estaban afectando a criaturas marinas tales como los embriones de erizo de mar, haciéndolos más vulnerables y propensos a morir.

Aunque tales materiales nano, usados ampliamente en protectores solares y otros productos de cosmética, son relativamente seguros para su uso en humanos, la toxicidad y repercusiones en los organismos marinos son todavía ampliamente desconocidos.

Actualmente no hay datos conocidos sobre los niveles de concentraciones de tales partículas liberadas al medio natural.

Los investigadores estimaron que se necesitarían unas 5.700 personas con protector solar nadando en una piscina olímpica para causar efectos igualmente desastrosos. Según el equipo, los resultados del estudio, el primero de su clase, no son fácilmente aplicables al entorno real ya que intervienen otros factores naturales como las olas y las corrientes.

Los científicos advirtieron que las aguas costeras locales podrían correr peligro, en especial en áreas donde los químicos pueden moverse hasta zonas de cría de peces o arrecifes de coral próximos que ya están luchando por sobrevivir.

“La gente ni siquiera sabe que ponerse un protector solar podría dañar la vida marina y si los fabricantes siguen produciendo más y los consumidores siguen comprando estos productos, las consecuencias podrían acabar siendo muy graves,” dice Mana Yung Man-na, otra coautora del estudio.

Pero Robert Miller, biólogo ayudante de investigación del Instituto de Ciencias Marinas de Santa Barbara de la Universidad de California, decía que sería improbable que tales concentraciones químicas se liberaran solo de los protectores solares.

“Necesitarías una enorme cantidad de protector solar para que alcanzara aquellas concentraciones en el mundo real, y no es realista. Sin embargo, es posible que el zinc se acumule en aguas oceánicas costeras a niveles problemáticos debido a la contaminación y el protector solar contribuiría a ello, aunque probablemente sería una pequeña parte del problema,” dice Miller, quien no ha participado en el estudio.

Coincide que las concentraciones tóxicas podrían ser problemáticas en pequeñas bahías y otras masas de aguas cerradas con muchos bañistas, pero los químicos liberados de los protectores se diluirían en el océano.

En 2014 se produjeron en torno a 33.000 toneladas de nanopartículas de óxido de zinc en todo el mundo y la demanda sigue creciendo, según los últimos datos disponibles por la consultora Future Markets Inc, especializada en el análisis de materiales nano en productos comerciales.

En su estudio, los equipo también halló que la toxicidad para la vida marina podría reducirse si las nanopartículas estuvieran recubiertas de silicona.

Pero Miller dice que este recubrimiento lo único que conseguiría es ralentizar la disolución de las nanopartículas y que tarde o temprano las partículas se disolverían y acabarían acumulándose en el entorno.

Otro problema es la escasez de regulaciones para estas nanopartículas. Los fabricantes no tienen que revelar cuántas o cómo usan los materiales y los exámenes de toxicidad para las nanopartículas solo se han establecido en Estados Unidos y Europa.

“Nadie está supervisando lo que ocurre ahí fuera. Yo lo llamo el yin y el yang de los químicos. Todo el mundo quiere los beneficios y sus propiedades útiles, pero siempre tiene una lado negativo y eso es por lo general no se considera, hasta que lleguemos a un punto donde tengamos un problema de verdad,” dice John Giesy, otro coautor del estudio de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de Hong Kong.

Check Also

El calentamiento y acidificación de los océanos podrían llegar a destruir los hábitats de arrecifes de coral para 2100

Según una nueva investigación presentada en la reunión Ocean Sciences 2020, el aumento de las …