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Testigo presencial de la matanza de delfines en las islas Feroe

Aunque los calderones y otras especies de delfines están contaminados con elevados niveles de contaminantes tales como mercurio, policlorobifenilos (PCB) y derivados del DDT, las islas Feroe, un territorio autónomo de Dinamarca, siguen matando delfines en horripilantes baños de sangre llamados grindadráp (en feroés).

Usando barcos motorizados, los balleneros obligan a manadas enteras a encallar en aguas poco profundas de bahías designadas. A veces, una manada puede llegar a ser perseguida durante horas antes de encallar en las playas, lo mismo que ocurre en Taiji, Japón.

Una vez atrapados, los delfines son masacrados uno tras otro. Los balleneros usan garfios cortantes que clavan en los espiráculos de aquellos mamíferos aun con vida para arrastrarlos entre varios hasta la arena y matarlos. En el transcurso de estas matanzas, estos animales sumamente sociales y con lazos familiares muy fuertes se convulsionan presos del pánico en el agua poco profunda que se va tiñendo de carmesí con la sangre de familiares degollados y gravemente heridos. La grasa y la carne se reparte luego entre los isleños a pesar de las advertencias de los funcionarios de salud sobre los graves peligros derivados de su consumo.

Los dos países se apoyan mutuamente en sus batidas. En 2017, Taiji, Japón, anunció que crearía una relación de ciudad hermana con el pueblo feroés de Klaksvik. Ambos son conocidos por sus batidas – una práctica que consiste en perseguir delfines y otros cetáceos hasta “conducirlos” hacia aguas poco profundas donde son sacrificados brutalmente. Con este paso, los dos pueblos esperan reforzar su postura a favor de la caza de cetáceos.

Image: Andrea Jeska

Sin embargo, a diferencia de Taiji, la matanza de delfines en las Feroe no depende de la época del año y puede tener lugar en cualquier momento.

En el momento de redactar este informe, los isleños han llevado a cabo 12 batidas en lo que va de año 12 batidas cobrándose la vida de 561 calderones, 45 delfines del Pacífico de lados blancos y 4 zifios calderón boreal.

La organización sin ánimo de lucro Dolphin Project está en contacto con varios isleños de las Feroe que se oponen a las batidas debido a la crueldad asociada. Los ballesteros feroeses sostienen que la caza es humana que los delfines mueren rápidamente.

La periodista alemana Andrea Jeska viajó hasta las islas el pasado mayo para ser testigo de la matanza de calderones. Quedó horrorizada por lo que vio. Su detallado y espeluznante testimonio confirma que las reiteradas reclamaciones de que los animales mueren rápidamente y sin dolor son falsas.

Su artículo “The Red-Stained Sea” apareció por publicado en la página web Ceta Journal, financiada por el ambientalista Sasha Abdolmajid y dedicada a asuntos relacionados con cetáceos.

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