Ocean Sentry
La concentración de dióxido de carbono atmosférico (CO2) en la Tierra ha alcanzado un umbral no visto en al menos 3 millones de años, tras un incremento anual sin precedentes en 2016.
En 2015, las concentraciones medias globales de CO2 en la atmósfera se mantuvieron en 400 partes por millón (ppm), pero aumentó a 403.3 ppm el pasado año debido a las emisiones de origen antropogénico en paralelo con un fuerte evento de El Niño en 2015/2016.
“Las cifras no engañan”, dice Erik Solheim, Director del Programa de NacionesUnidas para el Medio Ambiente.
“Seguimos emitiendo demasiado CO2 y debemos revertir esta tendencia. Durante los últimos años hemos visto enormes consumos de energías renovables, pero debemos redoblar nuestros esfuerzos para asegurar que estas nuevas tecnologías bajas en carbono pueden prosperar.”
Las observaciones, recogidas por el Programa de Vigilancia Atmosférica mundial (VAG) de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), significan que el nivel de dióxido de carbono atmosférico es un 145 por ciento más alto con respecto al nivel preindustrial (antes de 1750), mientras que el nivel de metano y óxido nitroso se mantienen igual en 257 por ciento y 122 por ciento respectivamente.
Hasta ahora, el mayor aumento anual registrado de CO2 ocurrió entre 2012 y 2013, pero el aumento de 3,3 ppm en 2016 eclipsa tanto ese dato como la tasa de crecimiento medio durante la última década.
Se desconoce en que proporción esta nueva cifra récord debe al El Niño, que provoca sequías que reducen la capacidad de sumideros naturales de carbono como los bosques de absorber CO2, pero lo que está claro es que parte de este aumento sin precedentes recae directamente en la humanidad.
“Esto debería hacer sonar las alarmas en las esferas del poder,” dice el investigador experto en carbono Dave Reay, de la Universidad de Edimburgo en el Reino Unido, que no ha participado en el informe.
“Sabemos que la capacidad de la tierra y los océanos de neutralizar nuestras emisiones de carbono se debilitará a medida que el cambio climático se intensifique. Tenemos algo de tiempo para reducir estas emisiones y mantener un control pero, si esperamos demasiado, la humanidad acabará convirtiéndose en un pasajero en una calle de un solo sentido hacia el peligroso cambio climático.”
La buena noticia, y sí, hay una buena noticia en todo esto, es que ya estamos tomando medidas importantes para cambiar esta dramática situación.
En todas partes podemos ver pruebas concluyentes de gente que ya está actuando en respuesta a las energias sucias y obsoletas que están intensificando el cambio climático.
Las autoridades chinas están cerrando en torno a un 40 por ciento de las fábricas para reducir la contaminación, mientras que los Países Bajos están tomando medidas para acabar con el uso del carbón para finales de la próxima década.
Oxford, en el Reino Unido, quiere convertirse en la primera ciudad del mundo libre de emisiones de carbono en 2035, mientras que Australia está preparando lo que pronto será la mayor central térmica solar del mundo.
A pesar de la contradictoria ausencia de unos Estados Unidos que rechazan abandonar el carbón, una amplia mayoría de las naciones se están agrupando para abordar el cambio climático en el marco del acuerdo de París de Naciones Unidas, y existen muchos motivos para sentirse satisfechos de lo que la unión histórica podría lograr conseguir.
Por tanto, sí, puede resultar aterrador leer los tituladores desoladores de los periódicos, pero las anteriores victorias ambientales ya han demostrado que cuando nos unimos, podemos dar con soluciones significativas a los problemas medioambientales, en especial cuando tenemos suficientes recursos naturales limpios en términos de energía eólica y solar para abastecer casi todo lo que necesitamos.
Por tanto, no caigamos en la desesperación. Ahora es el momento de tener esperanza, arremangarse y trabajar más duro para revertir esta alarmante tendencia.
