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Photo: Flickr/ Sanctu

La pesca ilegal amenaza con llevar a la extinción al atún rojo atlántico oriental

Hay una razón del porqué a los científicos les gusta referirse al atún rojo como de ser los tigres del mar. El pez puede llegar a crecer hasta los 700 kg y nadar a velocidades de hasta 50 km/h. Aquellos atunes rojos en estado salvaje que han sido marcados para monitorizar sus movimientos dejan atónitos a los científicos sobre las distancias que pueden recorrer, nadando en cuestión de semanas desde sus lugares de cría en el atlántico occidental hasta el otro extremo del océano a la temprana edad de un año. En un mundo más justo, este pez sería el rey del mar, el máximo depredador en lo alto de la cadena alimentaria.

Sin embargo el atún rojo tiene una desventaja, al menos en lo que se refiere a su supervivencia. Sabe muy bien al paladar, en especial servido como sushi o sashimi. Su sabor graso lo ha convertido en una de las especies más preciadas del mundo, al menos en el mercado- un gran atún rojo puede venderse por decenas de miles de dólares, normalmente en los mercados de Japón, de donde procede el 80% de la demanda.

El atún rojo Atlántico, un pez de sangre caliente altamente migratorio, incluye dos poblaciones genéticamente distintas, una que desova en el Mediterráneo (la población del Atlántico oriental) y una más pequeña que lo hace en el Golfo de México (la población del Atlántico occidental). El análisis de hoy de la población del atlántico oriental tiene implicaciones para ambas poblaciones debido a la mezcla de Atlántico.

Un análisis de los datos comerciales de atún rojo atlántico publicado hoy en un informe recopilado por el PEW con sede en Washington, muestra que la capturas real de atún rojo es más del doble que la captura reportada. Las cifras sobre el comercio muestran que las capturas reales de atún rojo en 2009 y 2010 totalizaron más de 70.500 toneladas, el doble del total fijado por el ICCAT para estos dos años.

Esta ‘laguna de atún rojo’ ha tenido lugar a pesar de la mejora en la elaboración de informes y las medidas de regulación introducidas en 2008 por los 48 miembros que forman la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlantico (ICCAT) responsable de fijar las cuotas anuales por país.

Antes de 2010, el ICCAT fijaba cuotas sistemáticamente mucho más altas que las recomendadas de su propio comité científico, quien venía advirtiendo repetidamente que el stock se encuentra en peligro de colapso.

En 2008, se calcula que fueron comercializadas internacionalmente más de 38.000 toneladas con respecto a la Captura Total Permisible (TAC) de 29.082 toneladas.

Esta realidad, cada vez más difícil de pasar por alto, llevó en 2008 a la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) a regular de forma más detallada la pesca de atún rojo, requiriendo documentación en papel de las capturas y reduciendo la captura permisible.

En 2009 la cuota se fijó a 27.180 toneladas y la cuota de 2010 a 13.525. Aunque los conservacionistas creyeron que incluso esas cuotas eran demasiado indulgentes, al menos el movimiento del ICCAT representó un paso en la dirección correcta. Sin embargo se estima que la cantidad pescada ese año fue de 35.000 toneladas, un 141% más de lo reportado como legal y excediendo la cuota en 18.000 toneladas.

Estos vacíos existen principalmente debido a las lagunas en la industria de engorde, en referencia a la práctica de cercar atún rojo joven en el Mediterráneo y luego engordarlo en granjas de España, Croacia y Malta.

Cerca del 70% del atún rojo capturado en el Mediterráneo es capturado por buques industriales de cerco con enormes redes parecidas a un saco que rodean el atún mientras este se congrega para desovar.

Solo un dato- nadie está cumpliendo las cuotas. Esa es la conclusión a la que ha llegado este nuevo estudio que ha investigado la cantidad de atún rojo comercializada anualmente en el mercado global.

El estudio señala que la captura reportada de atún rojo desde 1998 a 2010 fue de 394.554 toneladas. En comparación, las cifras de mercado para este periodo muestran 491.265, dejando un vacío de casi 100.000 toneladas con un valor de mercado de 2.000 millones de euros. Estas cifras no incluyen lo que los expertos dicen se trata de un importante mercado negro (pesca ilegal y no reportada) que algunos estiman podría representar un 20% adicional, junto con atunes que han sido incorrectamente etiquetados como otra especie.

¿Por qué hasta la fecha los esfuerzos por regular la pesca de atún rojo han fracasado? El informe sugiere que parte del problema puede recaer en el programa de registro en papel de las capturas. En principio, la política debería permitir el rastreo de atún rojo desde el buque hasta las granjas (gran parte del atún rojo es capturado joven y luego engordado en jaulas marinas) y al mercado, sin embargo la medida no ha funcionado a la práctica.

Una solución podría consistir en un sistema de rastreo electrónico que sería más difícil de eludir. Cada atún rojo vendido podría recibir un código de barras que permitiría su rastreo al mercado global, del mar al plato.

Por supuesto, este sistema de rastreo sería poco útil si los reguladores internacionales no se muestran dispuestos de verdad a hacer cumplir estas cuotas y, hasta la fecha, pocos indicios hay de que tengan alguna intención.

Hay un problema perenne en los temas de conservación marinos. Los peces migratorios como el atún rojo cruzan aguas internacionales, consideradas todavía como un común global apenas gobernado. No existen instituciones colectivas lo suficientemente fuertes para hacer cumplir los límites de pesca en aguas internacionales, lo que deja al atún rojo a merced del mercado. Y dado su preciado valor, no es difícil comprender el porque los pescadores hacen caso omiso de las normas, en especial cuando éstas apenas se hacen cumplir como ya concluyó hace un año un potente informe del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.

Esto arroja el balón a los consumidores. Mientras la demanda de atún rojo siga fuerte como hasta ahora, será difícil que alguna regulación frene con éxito la industria pesquera a menos que no haya suficiente atún que pescar. Hazle un favor a los tigres del mar- déjalos en paz.

Este año, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la agencia de referencia para la conservación de las especies, clasificó el atún rojo atlántico como ‘en peligro de extinción’ y ‘susceptible al colapso bajo la continuada presión pesquera.’   Fuente

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