Ocean Sentry
Investigadores australianos han hallado que un cuarto de las hembras gestantes de tiburón y raya abortan a sus crías cuando son capturadas, revelando un riesgo poco conocido para la supervivencia de estos animales de crecimiento lento.
Un análisis de casos registrados de hembras de tiburones y rayas abortando a sus crías o sufriendo un parto prematuro una vez capturadas halló que el 24 por ciento de las hembras de 88 especies perdían a sus crías. En algunas especies, como la raya pelágica, la tasa de aborto debido a la captura era de un 85 por ciento.
La investigación, publicada esta semana en la revista Biological Conservation, también examinó 40 vídeos de nacimientos de tiburones y rayas publicados en redes sociales y halló que, en realidad, en la mayoría de los casos los vídeos mostraban un aborto causado por el trauma.
Señalan que la pérdida del embarazo debido a abortos causados por la captura es un fenómeno en su mayoría no reportado, a menudo malinterpretado y mal comprendido que tiene un efecto potencialmente perjudicial en la población y los niveles de recuperación.
El investigador principal Kye Adams, estudiante de postdoctorado de la Universidad de Wollongong en Australia, dice que los pescadores de pesca recreativa e investigadores marinos deberían ser concienciados de los riesgos de inducir un aborto cuando capturan a una hembra de tiburón o raya gestante.
“Es algo muy común en muchas especies e igualmente parece que tampoco lo conozcan bien investigadores y pescadores de pesca recreativa,” dice Adams. “No se dan cuenta que estos eventos son abortos. Creen que lo que están viendo es un nacimiento natural.”
Dado que no se conoce bien el fenómeno de hembras de tiburón y raya perdiendo a sus crías tras ser capturadas, no se cuenta como parte de la monitorización de la captura incidental común.
En torno a un 80 por ciento de los tiburones y rayas capturados por los pescadores de pesca recreativa en Australia son devueltos al mar, pero Adams dice que solo el mero trauma de ser capturada podría ser suficiente como para hacer que una hembra pierda a sus crías.
“Recomendamos que si alguien captura a una hembra de tiburón o raya gestante – normalmente se ve porque está más gorda – lo mejor que se puede hacer es liberarla sin sacarla del agua,” dice. “Cortar la línea tan cerca de la boca como se pueda sin herir al animal.”
También sugiere imponer restricciones pesqueras en lugares de cría de especies que parecen verse particularmente afectadas por el aborto inducido por la captura, tales como el angelote.
Las áreas de reproducción de muchas especies protegidas, tales como el pez sierra, ya están incluidas en áreas marinas protegidas.
En torno al 60 por ciento de las especies de tiburones y rayas alumbran a sus crías tras un periodo de gestación de hasta dos años. Adams dice que estos periodos de gestación tan largos, combinados con el lento crecimiento y madurez sexual tardía de muchas especies de tiburones y rayas, significa que las pérdidas de embarazo tienen un impacto potencialmente mayor en su supervivencia general.
“Estas especies necesitan todas las crías a las que da a luz”, dice. “Para una especie como el pez sierra y el angelote, estos abortos podrían ser muy perjudiciales.”
El caso registrado más antiguo de un aborto publicado en una revista científica data de 1880 y lee lo siguiente: “Una hembra de Squantina, de tamaño considerable, capturada en nuestra red, alumbró entre 15 y 20 crías en el momento cuando, debido a la falta de agua, moría asfixiada por la acción de la atmósfera en sus branquias.”
El estrés es el factor más común en todos los casos registrados de parto inducido por captura, pero Adams dice que no hay investigación disponible suficiente para determinar si el estrés está relacionado con el trauma físico, tal como ser capturada con un arpón o red, o con el estrés psicológico.
La mayoría de los casos registrados estaban asociados al uso del arrastre y redes de enmalle, pero Adams señala que ese probablemente sea un sesgo provocado por los métodos de muestreo de los investigadores marinos.
“No quiero atacar a los pescadores de pesca recreativa por esto: es igualmente un problema para los investigadores como yo que capturamos tiburones y rayas para marcarlos”, añade.
