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Naciones Unidas advierte de una aniquilación biológica provocada por los humanos

Un conjunto creciente de pruebas sugiere que el planeta podría encontrarse en medio de una sexta extinción masiva. Un informe de Naciones Unidas publicado hoy advierte que un millón de especies está amenazado de extinción por causa humana.

El informe “Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas” (IPBES, por sus siglas en inglés), una evaluación sin precedentes elaborada por 150 expertos de 50 países, y otros 250 colaboradores, describe la desoladora imagen de un planeta devastado por una población humana siempre creciente, cuyo consumo insaciable está destruyendo el mundo natural. La velocidad de extinción de especies “ya es decenas de cientos de veces más alta – hasta 1000 veces más – que el promedio en los últimos 10 millones de años”.

El informe destaca la reducción del hábitat, la explotación de los recursos naturales, el cambio climático y la contaminación como principales causantes de la pérdida de especies y principales amenazas de extinción para más del 40 por ciento de los anfibios, el 33 por ciento de los arrecifes de coral y más de un tercio de todos los mamíferos marinos.

“La salud de los ecosistemas de los que dependen los humanos y demás especies se está deteriorando a una velocidad sin precedentes,” advierte Sir Robert Watson, presidente de IPBES, añadiendo que se precisa un “cambio transformador” para salvar el planeta.

El informe llega seis meses después de que el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas advirtiera que tenemos menos de 12 años para evitar niveles catastróficos de calentamiento global.

Del mismo modo que el informe del IPCC pone la crisis climática en la agenda política, los autores del informe esperan que esta aniquilación biológica también reciba la atención mundial que se merece.

Al igual que hemos hecho con el clima, los humanos somos culpables del daño a la biodiversidad: desde tiempos preindustriales hemos alterado el 75 por ciento de los ecosistemas terrestres y el 66 por ciento de los ecosistemas marinos.

El informe destaca el desastroso impacto del crecimiento de nuestra población y el aumento de nuestra demanda. Señala que la población humana ha aumentado más del doble en los últimos 50 años – de 3.700 millones a 7.600 millones de humanos – y que el producto interior bruto por persona es cuatro veces más alto.

Más de un tercio de la masa terrestre y el 75 por ciento de los abastecimientos de agua dulce se usan para la producción agrícola y ganadera.

“Queda muy poco en el planeta que no hayamos alterado ya,” dice Sandra Díaz, coautora del informe y profesora de ecología de la Universidad de Córdoba.

La contaminación por plástico en los océanos se ha multiplicado por diez desde 1980 y cada año se vierte al mar un promedio de entre 300 y 400 millones de toneladas de metales pesados, disolventes, lodos tóxicos y otros contaminantes procedentes de plantas industriales. La contaminación que entra en los ecosistemas costeros ha creado más de 400 zonas marinas muertas, con una superficie total (245.000 km2) mayor que la del Reino Unido. Estas áreas tienen tan poco oxígeno que apenas pueden sustentar la vida marina.

El cambio climático ya ha contribuido a la pérdida de biodiversidad, desencadenando eventos climáticos extremos y aumentando los niveles del mar y, según el informe, esta crisis se agravará en las próximas décadas.

Aproximadamente el 40 por ciento de las especies de insectos está en declive. Un estudio de 2019 halló que la masa total de todos los insectos del planeta está disminuyendo a un ritmo de un 2,5 por ciento al año y advertía que de seguir la tendencia la Tierra podría quedarse sin insectos en 2119.

Rachel Warren, profesora de cambio global y biología medioambiental de la Universidad de East Anglia, dice que los gobiernos deberían centrarse en la “recuperación de los ecosistemas destruidos o degradados con la introducción de especies nativas que ayuden a abordar tanto la pérdida de biodiversidad como el cambio climático.”

“La biodiversidad apuntala servicios de ecosistema tales como la polinización, la prevención de inundaciones, la purificación del agua y el aire y la conservación del suelo. Corremos peligro de perder servicios de ecosistema vitales y cuya pérdida repercutirá en la civilización humana,” dice.

Guenter Mitlacher, director de Política Internacional de Biodiversidad de la organización World Wildlife Fund (WWF), señala: “Nuestra generación es la primera con las herramientas para ver cómo hemos afectado al planeta para peligro nuestro. También somos la última con la oportunidad para cambiar el curso de muchos de estos cambios”.

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