Ocean Sentry
Durante la 67ª reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) que se está celebrando en Brasil – el organismo internacional que regula la caza de ballenas – las autoridades noruegas presentaron un informe que confirma la inmensa crueldad de la caza de rorcuales aliblancos que lleva a cabo el país.
El informe, que irónicamente tenía intención de demostrar las mejoras en los métodos de caza empleados, ha revelado que estos arpones/granada disparados contra las ballenas hacen que éstas agonicen entre 6 y 25 minutos antes de morir.
Los datos, recopilados durante un sondeo realizado durante las temporadas de caza entre 2011 y 2012, revelan que no se registró ninguna muerte instantánea para un inmenso número de los 271 rorcuales aliblancos masacrados. En su lugar, el tiempo promedio para 49 de ellos fue de 6 minutos. Incluso se registró el caso de una ballena que resultó malherida, los balleneros tuvieron que disparar un segundo arpón y murió tras una dolorosa lucha que se prolongó entre 20 y 25 minutos.
El “whalegrenade-99”, fabricado en Noruega, contiene pentrita y se dispara desde un cañón montado en la proa del ballenero. El arpón está diseñado para que penetre unos 0.3 metros en el cuerpo de la ballena y luego explote, creando energía suficiente como para matar a la ballena, ya sea por traumatismo o desgarro o por las ondas de choque al cerebro. Tras el impacto, se abre un arpón expandible que se agarra al músculo del animal.
“Estos estremecedores tiempos son un oportuno recordatorio de lo inherentemente crueles que son las operaciones balleneras,” decía Astrid Fuchs, de la organización Whale and Dolphin Conservation (WDC).
“Es incomprensible que Noruega esté tratando de usar este informe como demostración de progreso en el bienestar animal,” añade.
“En la reunión de este año, Japón y sus aliados quieren convencer al mundo de que ha llegado el momento de reabrir la caza comercial de ballenas. El informe es el argumento perfecto del porqué nunca debería permitirse de nuevo la caza comercial. Pedimos a todos los gobiernos a que se opongan estrictamente a la propuesta de Japón y exijan a Noruega e Islandia que detengan sus operaciones y cumplan con la normativa,” prosigue Fuchs.
“Noruega se enorgullece de su reputación de buscar mejorar el bienestar de los animales de granja; fue uno de los primeros países europeos en requerir el aturdimiento antes del sacrificio de cualquier animal de granja. Sin embargo, hay una inconsistencia en esta política de bienestar animal: Noruega no concede las mismas medidas a las ballenas,” concluye.
La crueldad de las operaciones balleneras noruegas, japonesas e islandesas fue titular el año pasado cuando salió a la luz que Japón había matado a un enorme número de hembras gestantes.
La propuesta de Japón de reanudar la caza comercial de ballenas se debatirá durante la reunión de la CBI de este año. Japón también pide cambiar el proceso decisorio en la CBI para facilitar la aprobación de su polémica propuesta. Se prevé que su propuesta sea apoyada por Noruega, Islandia y otras naciones a favor de la caza. Sin embargo, es probable que tenga que enfrentarse a la feroz oposición de un gran número de gobiernos.
