Ocean Sentry
La costa suroeste de Florida, una franja de ensenadas e islas de barrera normalmente desbordantes de fauna silvestre, se ha convertido este verano en una trampa mortal para la fauna marina.
A principios de julio, se informó que una floración de alga azul-verdosa cubría más del 90 por ciento de la superficie del lago Okeechobee. El cieno verde, espeso y putrefacto, acabó desbordándose del lago, llenando las vías fluviales. El brote llevó al gobernador de Florida, Rick Scott, a declarar el estado de emergencia en siete condados.
Aunque el término “floración de algas” puede no sonar peligroso, se trata de un brote de cianobacterias (Karenia brevis) que supone un importante peligro para salud pública y la vida silvestre dado que produce brevetoxinas (un químico tóxico) que afecta al sistema nervioso central de peces y otros vertebrados.
¿Qué es lo que la causa?
La contaminación y el agua más cálida (cambio climático) estimulan la concentración de esta cianobacteria. Investigaciones conducidas por la Agencia de Protección Medio Ambiental (EPA) sugieren que la escorrentía de fertilizantes está introduciendo fósforo y nitrógeno a las vías fluviales, fertilizando las aguas.
Otro factor es el flujo del agua. Los Everglades, un enorme ecosistema de humedales, fluye de forma natural desde el lago Okeechobee – el mayor lago de agua dulce del estado de Florida- hacia la bahía de Florida. Pero desde 1910 se han ido construyendo diques cada vez más robustos para contener este flujo. El sistema de diques, llamado, Herbert Hoover Dike, está formado por casi 143 millas de diques. Además, varios canales adicionales desvían el flujo hacia las costas este y oeste, cuando su flujo natural es hacia el sur.
Con la contención del flujo natural de los Everglades, el agua de las precipitaciones se acumulan en el lago, sobre todo tras el paso de huracanes.
El agua que entra al lago Okeechobee llega contaminada con fósforo y nitrógeno de los fertilizantes que utilizan los agricultores, así como los campos de golf. Cuando el agua contaminada es desviada al este y oeste y finalmente al mar se convierte en el caldo de cultivo ideal para la explosión de estas cianobacterias. Es entonces cuando el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos intenta reducir los niveles del agua del lago Okeechobee descargando el agua en ríos y canales para evitar su desbordamiento, ello a pesar de las fuertes críticas por las floraciones de algas tóxicas que genera su agua contaminada. Tras las descargas, el agua contaminada con nutrientes de los cultivos situados al norte del lago que estimulan la aparición de algas, fluye hacia el este por el río y el estuario de St. Lucie y hacia el oeste por el río Caloosahatchee.
Según los científicos, la solución a largo plazo pasaría por dejar que la naturaleza tomara su curso hacia el sur, de manera que cuando el agua contaminada llegara a los Everglades, sus manglares filtrarían las toxinas impidiendo su entrada al mar. Pero eso implicaría adquirir las tierras al sur del lago, que pertenecen a la poderosa industria del azúcar (Big Sur), cuyos intereses llevan la voz cantante en Tallahassee.
Así pues, al Cuerpo de Ingenieros del ejército no le queda más opción que seguir bombeando el exceso de agua del lago.
Aunque la K. brevis tiene un aspecto verdoso, su pigmento fotosintético en concentraciones suficientemente elevadas pueden dar al agua marina un color entre rojizo y marrón, de ahí su nombre de “marea roja”.
“Esto podría resultar ambiguo dado que tienen colores distintos,” señala la agencia EPA.
Normalmente, la temporada de marea roja, causada por un organismo planctónico unicelular fotosintético llamado Karenia brevis, se extiende entre octubre y febrero en el golfo de México y está considerado un fenómeno natural – cuando las condiciones del agua hacen posible que las poblaciones de este organismo explosionen y se propaguen -, sin embargo la floración de este año empezó mucho antes y en concentraciones inusualmente elevadas.
Por lo general, la K. brevis se concentra a niveles de unos 1.000 organismos por litro de agua marina. Durante una floración, las poblaciones pueden llegar a aumentar a concentraciones lo suficientemente altas como para matar a la fauna marina, con unas 250.000 células por litro de agua en tan solo unas semanas.
“No comprendemos la biología de lo qué está sucediendo”, dice Richard Stumpt, científico del Centro Nacional para la Ciencia Oceánica Costera.
“No ha desaparecido y no sabemos porqué”.
Son varios los que culpan al cambio climático, así como a la minería y las prácticas agrícolas que pueden provocar la entrada de nutrientes excesivos a las aguas. Las floraciones de algas tóxicas han aumentado en frecuencia e intensidad en los últimos años. Aunque las causas de estas floraciones siguen estando sujetas a debate, se cree que los culpables son una combinación de temperaturas elevadas del agua debido al cambio climático, la descarga de nutrientes al lago Okeechobee por parte del gigante Big Sugar, las minas de fosfato y otras fuentes.
La marea roja de este año no es algo que no tenga precedentes. Una marea roja que empezó en 2004 duró 18 meses, dice Tracy Fanara, científica del Laboratorio Marino Mote en Sarasota.
Y aunque la marea roja se aprovecha de los niveles elevados de nutrientes cerca de la costa para multiplicarse, Fanara dice que no se debe a las descargas del lago Okeechobee lo que ha iniciado la floración de este año.
Hasta la fecha desde que se inició, ya han muerto 485 manatís en Florida. De éstos, 29 han muerto por causas relacionadas con la marea roja y se sospecha que otras 51 muertes podrían también estar relacionadas. La cifra de 485 es la más alta para esta época del año desde 2013 cuando murieron 694.
Las tortugas también están sintiendo los estragos de esta marea roja. El número de tortugas halladas muertas o moribundas en los condados de Sarasota, Charlotte, Lee y Collier se eleva ya a 404. Esta cifra es el doble de tortugas muertas en un promedio quinquenal. Las especies más afectadas son la tortuga boba y la tortuga golfina, ésta última considerada la especie de tortuga marina más amenazada del mundo.
También se ha registrado la muerte de 10 meros gigantes así como la vida de un tiburón ballena que llegó muerto a la costa el 22 de junio. El animal dio positivo para la K.brevis.
La magnitud del problema del agua cargada de nutrientes es tan enorme que está matando los Everglades así como los lechos marinos. Los arrecifes de Key West también se están viendo afectados.
