Ocean Sentry
Tres delfines, incluidas una madre y su cría, han muerto esta mañana en una playa de Cornualles, en el extremo suroccidental de Inglaterra. Los tres formaban parte de una manada de 11 delfines comunes (Delphinus delphis) que habían encallado en una playa.
Cerca de 20 voluntarios de las organizaciones Cornwall Wildlife Trust y British Divers Marine Life Rescue consiguieron reflotar a ocho de los delfines, que se alejaron nadando, informa Ruth Williams, directora de la organización Cornwall Wildlife Trust.
“Tuvimos suerte al conseguir reflotarlos rápidamente, pero lamentablemente murieron tres, incluida una madre y su cría,” explica.
El equipo de rescate monitorizará la costa durante los próximos días con la esperanza de que los ocho delfines supervivientes no encallen de nuevo en otra parte.
Sin embargo, Williams dice que la previsión de fuertes vientos a lo largo de la semana no presagian nada bueno puesto que muchos varamientos ocurren en condiciones de viento.
Informa que 2017 fue un año horrible, con 250 delfines y marsopas muertos – la segunda cifra más alta en 30 años.
La organización tiene abierta una petición para recaudar dinero que pueda financiar una investigación que revele la causa de las muertes.
Los científicos estiman que solo llegan a la costa entre un 5 y un 10 por ciento de los cetáceos que mueren en el mar, por lo que el total de 250 delfines del año pasado podría elevarse hasta las 4.980 muertes.
“Entre un tercio y la mitad de las muertes que hemos registrado durante los últimos 30 años han sido provocadas por enredados en redes de pesca,” dice Williams.
“En el sudoeste existe un predominio de enredos ya que los delfines entran en conflicto con el esfuerzo pesquero. A nivel nacional, también hemos registrado un aumento en los casos de hambruna, que también los hace más vulnerables a enfermedades.
“Los varamientos de mamíferos marinos pueden tener causas naturales, pero la actividad humana tiene que ver cada vez más con estos trágicos eventos.”
“La red de varamientos es un proyecto sumamente efectivo no solo arrojando luz al problema, sino ofreciéndonos los mecanismos para hacer algo al respecto.
Los enredos accidentales en las redes de pesca, conocida como pesca accidental, pueden reconocerse por heridas tales como marcas circulares, cortes en las aletas y boca y fracturas en el hocico, que pueden deberse a redes de arrastre pelágicas y costeras.
Pero hay otras causas de muerte tales como la contaminación e incluso agresiones por parte de animales más grandes, que acaban resultando en huesos rotos, laceraciones y cortes graves llamados rake marks (marcas de mordidas).
