Un virus parecido al sarampión parece ser la causa principal que explicaría el gran número de delfines que han varado a lo largo de la costa oriental de Estados Unidos este verano…
Desde el 1 de julio han sido recuperados 333 delfines mulares de las playas entre Nueva York y Carolina del Norte, diez veces el número normal por esta época del año.
A principios de agosto, el enorme número de varamientos llevaron a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) a declarar un evento de mortalidad inusual (UME). Seguida de la declaración, se inyectaron fondos federales para asistir a la NOAA en la recuperación y evaluación de los cuerpos. Los resultados de su investigación apuntan a un tipo de Morbillivirus como la causa de la mortandad, un grupo que incluye virus que causan el sarampión en humanos y el moquillo en perros.
Para demostrar la presencia del virus, el equipo combinó técnicas tradicionales que examinaron los tejidos de los pulmones, cerebros y sistemas linfáticos de los animales muertos con técnicas moleculares. Hasta la fecha los investigadores han examinado 33 delfines; 32 han dado positivo para el Morbillivirus. La secuenciación genética ha confirmado que 11 tenían el mismo de tipo de Morbillivirus que solo infecta a delfines, marsopas y ballenas.
Según informan, esta epidemia a lo largo del litoral atlántico es extraordinaria, la mayor desde la mortandad de 1987, en la que el Morbillivirus fue también responsable de la muerte de más de 700 delfines.
Muchos delfines salvajes expuestos durante la epidemia de 1987 probablemente desarrollaron inmunidad al virus sin embargo, a lo largo del tiempo, la inmunidad de la población va disminuyendo; probablemente los animales nacidos a partir de 1987 son más susceptibles.
El virus podría haber cobrado fuerza cuando la población de delfines alcanzó un punto de inflexión, con suficientes individuos susceptibles como para poder contener su propagación. Los investigadores pronostican que la epidemia continuará hasta que disminuya el número de animales susceptibles. No hay forma viable de vacunar o tratar a estos animales, añaden.
Es dificil predecir cuántos delfines mulares sucumbirán a la enfermedad y probablemente los varamientos documentados solo representen una fracción de los animales infectados. Tampoco está claro si el virus se propagará a otras especies de delfines. Típicamente, la cepa del Morbillivirus no se propaga más allá de especies estrechamente relacionadas.