Home / Noticias / Mamíferos Marinos / Un nuevo plan para matar a más focas

Un nuevo plan para matar a más focas

El potencial plan del DFO de masacrar a más de 200.000 focas grises no solo es cruel sino también innecesario.

El Departamento federal de Pesquerías y Océanos (DFO) está considerando un plan que gastaría 35 millones de dólares en matar a cientos de miles de focas grises, dañando en el proceso el frágil entorno medioambiental de la Isla Sable, en Nueva Escocia.

De manera no sorprendente, la industria pesquera, quien culpa a las focas de los problemas que la propia industria ha creado, es decir, del declive de los stocks de peces, está promoviendo de forma enérgica este plan mortífero. Aplaudiendo el proyecto se halla tambien el Instituto de Piel de Canadá, quien dice que los responsables de haber esquilmado los océanos del mundo no es la pesca masiva y descontrolada sino el objetivo principal de la industria, las focas. Ambas industrias aprovechan cualquier oportunidad para promover la matanza de focas, sin importar lo irracional que sea.

El plan salió a la luz cuando The Coast, un periódico semanal de Halifax, hizo una petición de Acceso a la Información para obtener detalles sobre un estudio de viabilidad de 2009 conducido por consultores ingenieros de Halifax. Gran parte de la población de foca gris se reproduce en la Isla Sable, a unos 300 kilómetros al sudeste de Nueva Escocia, famosa por sus caballos salvajes. Aunque es un parque nacional, la ecología de la isla es tan frágil que únicamente se permiten 200 visitantes al año.

El DFO está considerando enviar cazadores para que maten a 100.000 focas el primer año y 30.000 más anualmente durante los proximos cuatro años. Con el fin de deshacerse de los cuerpos muertos, los trabajadores emplearán maquinaria pesada, incluyendo docenas de grúas forestales y camiones de basura, para luego arrojarlos en enormes incineradoras. Tendrán que construirse refugios e instalaciones de deshechos para las operaciones de matanza. El ministro de pesquerías de Nueva Escocia, Sterling Belliveau, dice que el gobierno NDP ‘no se opone’ a la matanza de miles de animales y, haciendo uso del típico lenguaje orweliano de la industria de explotación animal, afirma: ‘Siempre hemos apreciado los métodos de caza tradicionales de una industria humana y seguiremos apoyando la industria de los productos derivados de las focas.’

El DFO ignora el sufrimiento de los animales que esta cruel matanza en masa infligirá así como los daños ecológicos que probablemente se deriven, aunque reconoce que se mantiene en la incertidumbre de si la matanza tendrá algún impacto en la recuperación de los stocks de peces.

El informe también sugiere otro plan: inyectar contraceptivos a las hembras de foca. Esto evitaría la matanza de miles de animales y podría costar sólo un tercio de lo estipulado. Ciertamente, es una forma mucho más humana de controlar las poblaciones que la de matar a cientos de miles de animales. Sin embargo, incluso esta opción levanta muchas cuestiones empíricas y éticas. En realidad, en algunas situaciones, las focas pueden aumentar las poblaciones de bacalao con la ingesta de arenques que se alimentan de los huevos de bacalao. No existe ninguna evidencia científica que demuestre que la matanza selectiva como la contracepcion sea efectiva en el incremento de las capturas de la pesca comercial. Simplemente no sabemos suficiente acerca de las complejidades de los ecosistemas marinos para poder comprender los efectos derivados de nuestras acciones. Además, deberíamos preguntarnos si son las poblaciones animales las que deberían ser ‘gestionadas’ o si por el contrario son las actividades humanas las que deberían ser reguladas de una forma mejor. Desde esta perspectiva, la contracepción es simplemente otro intento de manipular la naturaleza en favor de nuestro beneficio, un proceso que ha provocado un desastre tras otro.

Existen muchas razones para impedir la ‘matanza selectiva’ de los animales. Incluso dejando de lado la completa brutalidad de la matanza de los animales, está claro que no entendemos completamente la complejidad de las relaciones depredador-presa en la naturaleza. Los programas de matanza selectiva son típicamente efectivos, creando a menudo resultados muy distintos de aquellos esperados. Nuestra capacidad para ‘gestionar’ otras especies y el medioambiente es decididamente limitado, tal como la industria pesquera por si sola deja de manifiesto de forma tan evidente.

Científicos del DFO han determinado que las focas no son las responsables del colapso de los stocks de peces sino la intensa extracción de la biomasa de los océanos durante décadas. La pesca comercial ha devastado los océanos y la matanza de focas no será una solución al problema. Un informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente advirtió que al menos un tercio de los stocks de peces del mundo están colapsados y que los continuados subsidios a la industria pesquera por parte de los gobiernos significa que en 2050 no quedarán peces en los océanos. A este le seguió el comunicado el 10 de mayo del tercer informe de la Perspectiva Global de la Biodiversidad de Naciones Unidas, que halló que la deforestación, la contaminación y la sobreexplotación han dañado gravemente los entornos más vulnerables del planeta, incluyendo el bosque tropical del Amazonas, lagos de aguas dulce y los arrecifes de coral y que hemos alcanzado un punto de inflexión de daño irreversible.

Lo que deberíamos hacer es dejar en paz a los animales marinos de forma que los ecosistemas marinos puedan regenerarse por sí solos. Sin embargo, las industrias de explotación animal buscan el beneficio a largo plazo, pasando por alto todos los demás costes. Están más dispuestos a gastar millones de dólares de los contribuyentes con el fin de lograr sus propios beneficios, aunque ello suponga la destrucción del planeta durante el proceso. Fuente

Check Also

El cambio climático está contribuyendo a las muertes de ballena franca del Atlántico Norte

El aumento de las temperaturas del mar debido al cambio climático está suponiendo otro duro …