La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza ha incluido en la actualización de su Lista Roja de especies en peligro a un caracol que vive cerca de los respiraderos hidrotermales sobre el suelo marino al este de la isla de Madagascar, el gasterópodo de pie escamoso (Chrysomallon squamiferum), convirtiéndose en el primer animal bentónico amenazado por la extracción minera de aguas profundas.
“Es un paso importante para alertar a los legisladores de las potenciales repercusiones que la minería de aguas profundas puede tener en la biodiversidad,” dice Lisa Levin, bióloga de la Institución Scripps de Oceanografía en La Jolla, California.
El gasterópodo de pie escamoso está restringido a la presencia de tres respiraderos hidrotermales en las crestas oceánicas profundas en el Océano Índico, ocupando un área total de aproximadamente el tamaño de dos campos de fútbol americano, dice Julia Sigwart, experta en biología de aguas profundas de la Universidad de Queens, Belfast.
Dos de estos tres respiraderos están actualmente ya bajo licencia de exploración, dice Sigwart.
Solo una operación exploratoria en este hábitat podría destruir una población de estos caracoles dañando los respiraderos o enterrando a estos animales bajo nubes de sedimentos, dice Chong Chen, experto en biología de aguas profundas.
Durante décadas las compañías mineras han estado examinado la forma de extraer metales y minerales que se forman cerca de los respiraderos hidrotermales. Cuando el agua caliente cargada de minerales de un respiradero se mezcla con el agua marina fría, deposita materiales, tales como manganeso y cobre, sobre el suelo marino. Extraer estos depósitos fue una vez demasiado difícil y caro, pero los avances en la tecnología lo están haciendo económicamente viable.
La minería a plena escala no puede comenzar en aguas internacionales hasta que la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés) – una organización autónoma con acuerdo de relación con las Naciones Unidas para regular la extracción minera de los fondos marinos – concluya un código de conducta, que espera tener finalizado para 2020.
Levin advierte que todavía no están claros los efectos que tendría la presencia de una especie en peligro de extinción en la regulación de las actividades mineras.
“Las regulaciones de la ISA todavía se están esbozando y actualmente se sigue debatiendo sobre si las directrices medioambientales serán obligatorias o una mera recomendación,” dice.
Sigwart y Chen dicen que ahora es un buen momento para concienciar sobre la vulnerabilidad de los ecosistemas de los respiraderos hidrotermales. Incluir al gasterópodo de pie escamoso en la Lista Roja es el primer paso.
“Estar en la lista significa algo para los órganos de formulación de políticas y la gente en general,” dice Chen.
El mayor desafío para determinar si está justificada la inclusión del caracol en la Lista Roja fue averiguar cómo evaluar el riesgo de extinción para la criatura que vive en uno de los hábitats más extraños de la Tierra, dice Elin Thomas, del laboratorio de Sigwart y coautor de Nature Ecology & Evolution Commentary.
Para que la UICN considere incluir o no a un organismo en la Lista Roja, los investigadores deben examinar varios factores que podrían contribuir a su extinción. Entre varios de estos factores están el tamaño del rango de la especie y el grado de fragmentación de su hábitat.
Pero los respiraderos hidrotermales ocupan de forma natural áreas relativamente pequeñas del suelo marino, dice Thomas. Y solo donde el agua marina que se ha filtrado en la corteza de la Tierra puede salir al océano profundo, provocando una distribución irregular.
Sigwart y su equipo establecieron dos criterios que podrían usarse para evaluar los riesgos de extinción para la especie: el número de respiraderos hallados y la amenaza de la minería.
Además de este caracol, los investigadores están evaluando al menos 14 especies más que viven en respiraderos hidrotermales para incluirlos en la lista Roja a finales de año.
Chen no pierde la esperanza de que su estado en la Lista Roja pueda disuadir a los inversores que podrían destruir a especies en peligro. Señala a organizaciones como el Banco Mundial, que requiere a las compañías que solicitan concesiones a que consideren los efectos que sus proyectos podrían tener en las especies de la Lista Roja.
Pero Holly Niner, que estudia política medioambiental marina en la Universidad Aalborg de Dinamarca, dice que es demasiado pronto para saber cómo afectará la actividad minera ante la presencia de animales en peligro de extinción. Esperemos que las autoridades reguladoras y la industria proteja las áreas vulnerables y dirija las operaciones mineras a hábitats menos sensibles, dice.
“Son áreas frágiles que corren peligro y no es algo que podamos solucionar iniciando un programa de reproducción para criaturas de aguas profundas,” dice. “Solo podemos intentar protegerlas.”