Desde finales de mayo han sido hallados muertos hasta ocho manatíes en la Laguna del Río Indio en la costa atlántica de Florida.
“Seguimos investigando la causa aunque la hipótesis sigue siendo que el cambio en la vegetación que están ingiriendo los manatíes los hace susceptibles a complicaciones intestinales”, señala la veterinaria de la Comisión para la Conservación de la Pesca y la Vida Silvestre en Florida, Martine de Wit. “Les provoca un colapso agudo”.
Al parecer las muertes son un resurgimiento de una serie de muertes ocurrridas en el área entre 2012 y 2015, según el periódico The Tampa Bay Times.
Más de 150 manatíes fueron hallados muertos en una tendencia que comenzó tras una floración de algas, dejando las aguas de la laguna de color marrón oscuro e impidiendo la entrada de luz, lo que provocó la muerte de la hierba marina de la que se alimentan los manatíes. Sin su hierba habitual, los manatíes empezaron a alimentarse de algas rojas.
Tanto los manatíes muertos recientemente como los que murieron entre 2012 y 2015 tenían algas en sus estómagos y no hierba marina.
Las muertes se redujeron en agosto de 2015, pero volvieron a darse nuevos casos en mayo, coincidiendo con una nueva floración de algas en la región. Las muertes inexplicadas de delfines y pelícanos en la región entre 2012 y 2015 también fueron atribuidas a las algas, aunque no han vuelto a cobrarse más víctimas.
La Laguna del Río Indio, un estuario que se extiende más de 150 millas a lo largo de la costa este de Florida, es uno de los estuarios más biológicamente diversos de América del Norte, donde viven alrededor de 50 especies amenazadas y en peligro de extinción. A principios de este año, el Servicio de Pesca y Fauna Silvestre propuso cambiar la clasificación del manatí antillano de en peligro de extinción a solo amenazado.
La reciente floración de algas no es la misma que la floración de algas tóxicas verde-azuladas que llevó al gobernador Rick Scott a declarar el estado de emergencia en el sur de Florida a finales de junio. Esa floración, que se extendió 33 millas cuadradas en el lago Okeechobee del estado, puede verse desde el espacio.
El informe publicado el pasado mes relacionó las floraciones de algas y las resultantes “zonas muertas” de la vegetación nativa destruida con las escorrentías de la agricultura industrial.