Ocean Sentry
Funcionarios del gobierno estadounidense dicen que ha llegado el momento de considerar la posibilidad de que la ballena franca del Atlántico Norte desaparezca a menos que se tomen nuevas medidas que la protejan.
La ballena franca del Atlántico Norte se encuentra entre los mamíferos marinos más poco comunes del mundo y este año ha sido devastador para la poblacióń. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) ha dicho que tan solo quedan unas 450 y que 17 han muerto hasta la fecha este año.
La situación es tan grave que reguladores canadienses y estodounidenses necesitan considerar la posibilidad de que la población no se recupere de no actuar con celeridad, dice John Bullard, administrador de la región nordeste del Servicio de pesquerías de la NOAA. La alta tasa de mortalidad este año coincide con un año de precarios alumbramientos y solo quedan unas 100 hembras reproductoras.
“Tenemos que usar la palabra extinción porque es por ahí por donde va la tendencia,” dice Bullard. “Es algo que no podemos permitir que ocurra.”
Bullard y otros funcionarios de la NOAA hicieron estos comentarios durante una reunión el martes del Consejo regulador de Gestión Pesquera de Nueva Inglaterra. Mark Murray-Brown, asesor de la Ley de Especies en Peligro (ESA) para la NOAA, dice que la población ha estado disminuyendo desde 2010, viéndose las hembras más afectadas que los machos.
Estados Unidos y Canadá deben trabajar para reducir las muertes causadas por el humano, decía. Las colisiones con barcos y los enredos en artes de pesca son dos factores citados frecuentemente como causa de las muertes.
“La situación para la ballena franca del Atlántico Norte es crítica y es de suma importancia y urgente usar todos nuestros recursos disponibles para recuperarla,” decía.
Las hembras alumbran en aguas templadas del sur y en primavera y verano nadan hacia Nueva Inglaterra y Canadá para alimentarse. Todas las muertes de este año han ocurrido frente a las costas de Nueva Inglaterra y Canadá.
Algunos estudios científicos recientes han arrojado algo de luz del porqué el número de muertes se ha disparado. Uno, publicado en la revista Nature Scientific Reports, afirmaba que las ballenas se están moviendo mucho más de lo que se pensaba. Varios científicos han planteado que las ballenas podrían estar aventurándose a salir de las áreas protegidas en busca de alimento, poniéndose en peligro.
En otro estudio, publicado el pasado mes en la revista Endangered Species Research, los científicos examinaron los excrementos de las ballenas y hallaron que aquellas que sufren enredos prolongados en aparejos de pesca producen niveles hormonales que revelan un elevado estrés. Los científicos dicen que el estrés afecta negativamente a su capacidad de reproducirse, incluso si sobreviven al enredo.
Un análisis de cinco años sobre la ballena franca conducido por la NOAA publicado en octubre dijo que los animales deberían permanecer en la lista de especies en peligro. También incluía recomendaciones para proteger a la especie, un plan a largo plazo para monitorizar la tendencia de la población y el uso del hábitat y estudiar las repercusiones de la pesca comercial en la especie.
