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Salvar al pingüino africano: estudio

Con menos de 25.000 parejas reproductoras en el mundo, la supervivencia del pingüino africano o de El Cabo (pheniscus demersus) es una árdua batalla en su único hogar en Sudáfrica.

El descenso del 60 por ciento de la población desde 2001 ha provocado su inclusión en la lista de especies amenazadas de extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Este descenso ha alcanzado hasta el 80 por ciento en algunas colonias de Sudáfrica. La competición con las pesquerías, los derrames de crudo, el cambio climático, las enfermedades y los depredadores son todos factores que están contribuyendo al dramático descenso de la población.

Para preservar esta especie y optimizar los esfuerzos de rehabilitación, un epidemiólogo del Instituto Oceanográfico Harbor Branch de la Universidad Atlántica de Florida (FAU) ha aunado fuerzas con científicos de la Fundación de África del Sur para la Conservación de las Aves Costeras (SANCCOB, de sus siglas en inglés). La instalación, localizada cerca de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, recibe cada año más de 900 pingüinos africanos para ser rehabilitados. Aunque la tasa de éxito de liberación es de casi un 75 por ciento, hay datos limitados sobre los factores que contribuyen a este éxito. 

Para comprender mejor cómo mejorar la rehabilitación del pingüino africano, los investigadores condujeron el primer estudio de este tipo sobre los indicadores de pronóstico de salud tales como la masa corporal, análisis de sangre y exposición a enfermedades infecciosas.

Para el estudio, analizaron 3.657 pingüinos africanos adultos que fueron hospitalizados en la instalación SANCCOB para su rehabilitación entre 2002 y 2013.

Los resultados del estudio, publicados en la revista Journal of Wildlife Diseases, proporcionan información valiosa sobre la importancia de minimizar su tiempo de rehabilitación, tratando sus enfermedades en un etapa temprana del proceso. Hallaron que los factores de mayor riesgo de mortalidad son factores que pueden abordarse en los 10 primeros días de su hospitalización. Este hallazgo es clave porque aproximadamente el 70 por ciento de las muertes ocurren durante esos días. También identificaron marcadores de la masa corporal y parámetros hematológicos que son criterios importantes para la evaluación y tratamiento iniciales de la fauna silvestre en su rehabilitación.

“Dado que gran parte de la mortalidad de estas aves ocurre durante los 10 primeros días tras ser ingresados, quisimos desarrollar estrategias más efectivas para revertir rápidamente sus síntomas tales como la deshidratación severa, la hipotermia o la hipertermia, anemia, y extrema pérdida de peso y muscular,” dice Adam M Schaefer, coautor del estudio y epidemiólogo de Harbour Branch de la FAU. “Una precaria condición corporal puede ser indicativo de unos recursos alimentarios precarios, físicos o problemas conductuales, o una combinación de éstos, y es un indicador importante de la supervivencia de estas aves marinas durante su rehabilitación.”

Los investigadores calcularon los efectos de la temporada de ingreso, los motivos del ingreso, el estado de infección por parásitos en sangre y la masa corporal, hemtrocrito, y la proteína plasmática total para determinar si existe la posibilidad de liberar un pingüino individual tras su rehabilitación.

Los motivos más frecuentes para la rehabilitación eran el petróleo (el 71,2 por ciento de los casos), seguido de lesiones (19,6 por ciento). Los pingüinos heridos tenían menos masa corporal que aquellos pingüinos sanos silvestres, lo que sugiere que estas aves tuvieron un éxito de forrajeo insuficiente que los hizo más vulnerables. La debilitación suponía un 4,3 por ciento de los ingresos seguido de problemas con la muda – un proceso anual de perder y reemplazar las plumas – con un 3,9 de los ingresos.

Los resultados de este estudio revelan que en comparación con un pingüino afectado por crudo, un pingüino herido tenía 13,1 veces más posibilidades de morir en el proceso de rehabilitación. Aunque la contaminación por crudo es una amenaza histórica para la conservación de pingüino africano, los investigadores hallaron que, de promedio, el 93 por ciento de los pingüinos afectados por crudo ingresados durante el periodo del estudio fueron rehabilitados con éxito y liberados a su estado silvestre.

“Sospechamos que la razón de esta elevada tasa de éxito se debe a que los pingüinos afectados por crudo estaban en buena condición física y estado de salud,” dice Schaefer. “Además, su condición cuando están cubiertos de crudo es físicamente obvia para proceder a su rehabilitación.”

“La tasa de liberación de pingüinos heridos variaba entre el 52 y el 71 por ciento en función de la parte del cuerpo afectada, revelando que todavía hay desafíos en la medicina para esta especie. El tiempo de estancia era más largo para las aves que sufrían lesiones torácicas en comparación con lesiones en la cola, aletas o patas. Además, los pinguinos trasladados al centro de rehabilitación durante la muda tenían tasas de liberación menores y eran más susceptibles a morir, lo que revela que la inducción artificial de muda (a través de suplementos hormonales o manipulación de ciclos de luz, por ejemplo) podría beneficiar la rehabilitación de estas aves.

“La clave es estar seguros de que estos pingüinos se encuentran en las condiciones correctas para su liberación y encontrar ese “punto ideal” donde sabemos que están lo suficientemente sanos para liberarlos a su estado silvestre,” dice Schaefer. “Tenemos una increíble colaboración con los doctores Parsons y Vanstreels para seguir con nuestra investigación en este proyecto y poder preservar a estar increíbles criaturas, amenazadas de extinción debido a causas naturales y antropogénicas.”

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