Durante la temporada de pesca de 2016 se reportaron 71 casos de ballenas enredadas en redes de pesca frente a la costa de Washington, Oregon y California, el mayor número registrado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) desde que empezó a registrar casos en 1982.
Los cabos y nasas destinadas a la pesca de cangrejo pueden ser mortales para las ballenas, que quedan enredadas en estas artes de pesca, a menudo causándoles deshidratación, heridas infecciosas, problemas respiratorios y reproductivos e incluso inanición.
Para impedir que estas especies desaparezcan, es imperativa la implementación de políticas y regulaciones más estrictas en esta pesquería.
Las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) suponen el 76 por ciento de los enredos reportados, ascendiendo a 54 casos el año pasado. La NOAA registró el resto de casos en ballenas azules (Balaenoptera musculus), tres ballenas grises (Eschrichtius robustus), una orca (Orcinus orca) y nueve casos sin identificar.
La pesca de cangrejo Dungeness de California fue responsable de aproximadamente un tercio de los enredos, con 22 casos identificados en 2016. Esta cifra se ha multiplicado por dos desde 2015, informa la NOAA.
En otoño de 2015, el grupo de trabajo de pesca de cangrejo Dungeness de California se reunió para abordar el creciente número de enredos en el estado. En otoño de 2016 se publicó la Guía de Prácticas Recomendadas que detalla propuestas para reducir los enredos. Entre las recomendaciones se incluye minimizar la longitud del cabo entre las boyas para mantener los cabos tirantes y reducir la posibilidad de enredos.
A pesar de estas directrices, muchas de las políticas no se implementaron ya que las floraciones dañinas de algas acortaron la temporada pesquera de 2016, presionando a la pesquería a aumentar el rendimiento en un periodo de tiempo más corto. Bajo estas circunstancias, tuvieron que descartarse las prácticas recomendadas del grupo de trabajo, según comunica la organización sin ánimo de lucro Center for Biological Diversity.
La organización sostiene que el Departamento de Pesca y Fauna Silvestre de California, encargada de vigilar y permitir la industria comercial de cangrejo, está infringiendo la Ley de Especies Amenazadas permitiendo a los pescadores de cangrejos seguir desplegando el arte que está dañando a especies amenazadas.
El viernes la organización advertía a la agencia su intención de demandarla.
“Queremos regulaciones que protejan a las ballenas,” decía Catherine Kilduff, abogada sénior de la organización.
Las tortugas laúd también son víctimas de la pesca de cangrejo Dungeness, señala la agencia.
Entre los cambios que quiere ver la organización están nuevas normativas que prohíban a los barcos cangrejeros dejar las líneas flotando en la superficie (donde suelen enredarse las ballenas) y un requerimiento que obligue a los barcos a llevar un mantenimiento de sus artes de pesca para que las líneas no se rompan y acaben enredando a las ballenas.
“Las ballenas y las tortugas suelen caer en las trampas para cangrejos porque se alimentan en áreas biológicamente ricas, dice Kilduff.
“Hay un enorme solapamiento entre donde pescan los pescadores y donde se alimentan las ballenas y las tortugas,” dice.
Las 71 ballenas enredadas en trampas para cangrejos el año pasado suponen más de siete veces el promedio típico de 8 ballenas enredadas al año y el más alto desde que la NOAA tiene registros. En 2015 se reportaron 62 casos y 30 en 2014.
El Departamento de Pesca y Fauna Silvestre ha declinado a hacer comentarios, citando una política que le prohíbe discutir sobre un litigio en curso.
La organización presentará la demanda contra la agencia a finales de agosto o principios de septiembre, antes de que empiece la temporada de pesca a mediados de noviembre, dice Kilduff.
Según la FAO, las nasas normalmente se calan en el fondo, sea individualmente con una boya con línea hasta la superficie o en grupos de varias nasas conectadas a una línea principal a ciertos intervalos. La nasa por lo general se deja «remojando» toda la noche, pero algunas pesquerías podrían usar tiempos más largos.