Ocean Sentry
– El desastre vertió 4,9 millones de barriles de crudo en el Golfo de México
– Dos años despues, los científicos han descubierto mutantes
– Los científicos acusan de ello al vertido
Camarones sin ojos, peces con heridas supurantes, cangrejos sin pinzas y otras criaturas mutantes halladas en el Golfo de México suscitan preocupación sobre los efectos persistentes del vertido de crudo de BP
El 20 de abril de 2010, una explosión a bordo de la plataforma petrolera Deepwater Horizon arrendada por BP mató a 11 personas y vertió cerca de 4,9 millones de barriles en el Golfo en lo que se convirtió en el peor vertido de crudo en la historia de Estados Unidos.
Dos años más tarde, según un amplio informe elaborado por Al Jazeera, los científicos y pescadores comerciales están hallando camarones, cangrejos y peces que creen han sufrido deformaciones debido a los químicos liberados durante el vertido.
‘Uno de nosotros capturó 181 kilos de camarón blanco en el punto álgido de la temporada, en setiembre,’ explicaba a Al Jazeera la pescadora comercial en la Bahía de Barataria, Tracy Kuhns, mostrando un camarón sin ojos.
Darla Rooks, otra pescadora de toda la vida en Port Sulfur, en Luisiana, dijo que estaba viendo casos de ‘peces sin ojos e incluso sin las fosas oculares, peces con lesiones, peces sin recubrimiento en las branquias y otros con tumores colgando de los ojos y branquias.’
Los científicos han acusado las mutaciones a los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs) despedidos del crudo sumergido así como de los dos millones de galones de dispersante Corexit que empleó BP en un intento por limpiar el vertido.
‘Los dispersantes empleados en el experimento draconiano de BP contienen disolventes tales como derivados del petróleo y 2-butoxietanol. Los disolventes disuelven el crudo, la grasa o la goma,’ explicaba a Al JAzzeera Riki Ott, bióloga marina y toxicóloga. ‘No debería sorprender que los disolventes son también sumamente tóxicos para la gente, algo que la comunidad médica sabe desde hace tiempo.’
Es sabido que los dispersantes producen mutaciones, un hecho inquietante que podría quedar demostrado en las deformidades descubiertas. Por ejemplo, el camarón tiene un ciclo de vida lo suficientemente corto como para que hayan existido dos o tres generaciones desde el desastre de BP, dando tiempo a los productos químicos para que entren en el genoma. Fuente
