Nueve osos polares fueron observados nadando hacia mar abierto frente a la costa noroeste de Alaska, un aumento del número respecto a anteriores estudios y que puede indicar que el calentamiento global está obligando a los osos a arriesgarse más, nadando largas distancias para encontrar hielo estable o tierra.
Algunos nadaban hacia el norte a una velocidad de entre 15 y 65 millas de la costa.
Grupos ecologistas temen que la falta de hielo los agote físcamente al tener que nadar largas distancias para encontrar alimento, reproducirse o buscar refugio.
Probablemente un oso polar puede nadar 10 o 15 millas, pero nadar entre 50 y 100 millas puede ser agotador.