Es difícil no dejarse conmover por la magnífica imagen de las ballenas saliendo con sus enormes cuerpos del mar y luego dejándose caer con un poderoso chapoteo. Sin embargo, esos chapoteos suponen una fracción del viaje de una ballena. Bajo las olas, estas criaturas mueven y mezclan nutrientes tales como nitrógeno y hierro después de cazar en las profundidades. Contrario a lo que se creía, puede que las ballenas y otros animales marinos desempeñen un importante papel en el transporte oceánico de nutrientes, transportando nutrientes desde las aguas frías y ricas de las profundidades a superficie templada y pobre en nutrientes. Sin estos ingredientes claves, gran parte de la vida marina dejaría de existir.
Un estudio publicado en la edición de julio de la revista Biogeosciencies Discussions ha estimado que el movimiento de los enormes cuerpos de tan solo 80 cachalotes que viven cerca de Hawaii transportan 1.100 toneladas de nitrógeno al año a través de una capa de agua llamada picnoclina, por debajo de la cual es demasiado oscuro para que sobrevivan las plantas fotosintéticas – base de gran parte de la cadena alimentaria marina.
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Puede que parezca una cantidad insignificante pero no lo es si sumamos los nutrientes generados por el movimiento del resto de animales marinos. Un estudio conducido en 2006 por el investigador William Dewar, de la Universidad de Florida, calculó que los animales y otros organismos marinos son responsables de un tercio de la mezcla del océano, sin la cual el mar se estancaría y probablemente se convertiría en una sopa prácticamente sin vida en apenas unos años.
Esto situaría a los animales marinos en igual de importantes que las mareas o los vientos a la hora de mezclar el agua del mar, dice Dewar. Los científicos creían que solo las mareas y los vientos transportaban nutrientes sin embargo la prueba sugiere con fuerza que los organismos vivos desempeñan un importante papel en el transporte de de nutrientes así como en el mantenimiento del funcionamiento del sistema.
Los dos elementos más importantes, abundantes en las profundidades pero limitados más arriba, son el nitrógeno y el hierro, que las plantas necesitan para convertir la energía solar en compuestos ricos en energía como los carbohidratos que sustentan formas de vida más altas en la cadena.
Animales grandes como las ballenas pueden transportar nutrientes mediante las turbulencias generadas por sus movimientos sin embargo es probable que animales más pequeños como el krill puedan también transportar nutrientes, especialmente cuando se sumergen en grupos uniformes a cientos de pies o metros durante el día y suben de nuevo durante la noche.
Las agregaciones de krill en el Océano Antártico forman tal vez la mayor masa migratoria de animales en el mundo, dice Stephen Nicol, biólogo marino en la Universidad de Tasmania en Australia, quien no ha participado en el estudio. Pueden transportar nutrientes con sus movimientos desde sus diminutos apéndices pero también crear una corriente colectiva absorbiendo nutrientes.
Incluso animales diminutos como los camarones son mezcladores muy eficientes, dice la física oceanógrafa Claudia Cenedese, en la Institución Oceanográfica Woods Hole en Massachusetts. En un estudio que condujo, un pequeño número de criaturas mezclaron completamente en 2-3 días un enorme tanque lleno con capas separadas de nutrientes, es decir, 100 veces más rápido de lo que la solución se habría mezclado por convección y difusión (convención es un patrón de circulación usado por el calor