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NOAA Photo Library. Source: Wikipedia

Los zifios podrían estar frecuentando una área del suelo marino donde está prevista la explotación minera

Se sospecha que miles de surcos hallados en el suelo marino en una parte del océano Pacífico podrían haberlos hecho mamíferos marinos de grandes profundidades, donde está prevista la extracción de minerales.

Estos surcos podrían ser la primera prueba de que grandes mamíferos marinos visitan esta región apenas explorada, informa el equipo de investigación en la revista Royal Society Open Science. Y si mamíferos de aguas profundas están usando la región para alimentarse o llevar a cabo otra actividad, las autoridades deben tenerlo en cuenta a la hora de planificar la gestión de las futuras extracciones de minerales de aguas profundas.

La zona de la fractura Clarion-Clipperton (CCZ) es una enorme llanura en el suelo marino profundo de unos 4,5 millones de kilómetros cuadrados entre Hawaii y México. La región está cubierta por miles de millones de pequeños nódulos potencialmente valiosos que contienen manganeso, cobre, cobalto y elementos de tierras raras.

Poco se sabe de los ecosistemas de suelo marino en esta región, pero podría verse alterado por las operaciones de extracción de estos nódulos.

Varias expediciones científicas han visitado el área desde 2013 para llevar a cabo evaluaciones de referencia de las criaturas que podrían vivir cerca o en el suelo marino.

Una expedición de 2015, liderada por Daniel Jones, del Centro Nacional de Oceanografía de Southampton en Inglaterra, es la primera que halló pruebas que sugieren que el suelo marino de la región podría ser visitado regularmente por cetáceos. Usando vehículos submarinos autónomos para explorar el suelo marino a profundidades de entre 3.999 y 4.258 metros, el equipo de Jones halló un total de 3.539 surcos. Estas depresiones tendían a organizarse en secuencias de hasta 21 surcos separados entre sí unos 6 y 13 metros.

Es difícil determinar con exactitud cuándo se realizaron estas marcas, ya que el sedimento se asienta muy lentamente en entornos de aguas profundas. El equipo estima que las marcas más viejas se hicieron en los últimos 28.000 años. Pero algunas marcas nuevas parecen haberse superpuesto a las viejas.

Ningún mecanismo geológico conocido podría producir estos surcos, informa Jones. Pero en cambio si podrían hacerlos criaturas vivas.

Algunos científicos, incluido el biólogo Les Watling de la Universidad de Hawaii en Manoa y el ecólogo marino Peter Auster de la Universidad de Connecticut en Avery Point, han sugerido que ciertos cetáceos de aguas profundas, conocidos como zifios, pueden producir estas marcas ya que usan sus hocicos para buscar alimento escondido en el suelo marino.

La nueva investigación es intrigante, dice Watling, pero añade que la gran pregunta es si un zifio puede sumergirse a tal profundidad.

El nuevo informe señala que algunos estudios anatómicos sugieren que el ballenanto de Cuvier (Ziphius cavirostris) puede como mínimo sobrevivir a una inmersión de 5.000 metros.

Auster añade que los investigadores han sido muy cautelosos al considerar otras causas de las marcas e ir eliminándolas hasta dejar solo la opción de las ballenas. Y eso es algo que tendrá que tener en cuenta la industria. Antes de seguir adelante, dice, se deberán incluir estudios del suelo marino para la detección de ballenas usando por ejemplo una herramienta de monitorización acústica pasiva fija.

“Se trata de un gran descubrimiento,” dice Diva Amon, bióloga experta en aguas profundas del Museo de Historia Natural de Londres.

Amon ha catalogado la riqueza de la vida del suelo marino en la CCZ, incluido un nuevo género de medusas, estrellas de mar y esponjas. Esa abundancia puede atribuirse a la variedad de tipos de sedimentos en la región.

Pero las ballenas pueden ser un punto de inflexión, porque los grandes mamíferos marinos más carismáticos pueden lograr una mayor atención pública en comparación a la poca que reciben habitantes más pequeños del suelo marino.

Aunque el nuevo estudio no puede determinar cuándo se hicieron las marcas, dice, “esta es la razón del porqué es necesario seguir investigando”. Aunque estos surcos los hubieran hecho ballenas hace miles de años, el comportamiento de éstas no puede haber cambiado tanto en los años siguientes dada la estabilidad del entorno de aguas profundas.

“Si dejaban marcas hace 2000 años, probablemente las sigan dejando ahora,” dice.

Hasta la fecha, la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, que controla las actividades de exploración y explotación de los recursos en los fondos marinos y oceánicos y da licencias de extracción, ha emitido 16 contratos de exploración dentro de la CCZ.

Añade: “El hecho de saber que estos cetáceos pueden estar sumergiéndose 1.000 metros más de lo que se creía tiene el potencial para cambiar la forma en la que se gestiona la CCZ”.

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