Nuestro consumo desmedido de plástico y la resultante generación de desechos han aumentado globalmente durante las últimas décadas. Parte de estos plásticos acaban en el entorno marino, donde el sol, el viento y las olas los van fragmentando en trozos cada vez más pequeños (microplásticos).
Muchas especies marinas, tales como aves marinas, ingieren estos plásticos que confunden por alimento. Los plásticos ingeridos pueden provocar lesiones internas y dejar saciadas a las aves que acaban muriendo por inanición. Para colmo, están las sustancias químicas que se añaden al proceso de fabricación de los productos plásticos.
Una colaboración internacional liderada por científicos de la Universidad de Agricultura y Tecnología de Japón (TUAT) ha hallado que las aves que han ingerido plástico tienen acumulados preocupantes niveles de químicos tóxicos en sus tejidos.
Los resultados del estudio han sido publicados en la revista Marine Pollution Bulletin.
Los investigadores llevaron a cabo un estudio de estos químicos en 194 trozos de plásticos que hallaron en los estómagos de aves como el fulmar norteño y el albatros.
Como derivado del petróleo, el plástico comercial (envases, envoltorios,…) es un compuesto sintético no biodegradable (polímero) al que se le añaden aditivos, por lo general tóxicos, para conseguir la finalidad del producto plástico final que quiere un fabricante (elasticidad, textura, dureza, transparencia, etc). También estabilizan su degradación solar, oxidación y también pueden servir para teñir el objeto de color.
“Hemos descubierto cuatro tipos de estabilizadores UV y dos retardantes de llama bromados (BFRs) a frecuencias de detección de un 4,6 por ciento y un 2,1 por ciento respectivamente,” explica el Dr. Hideshige Takada, autor y profesor del Laboratorio de Geoquímica Orgánica de TUAT.
“Una investigación que hicimos anterior reveló que estos aditivos se transfieren del plástico a los estómagos de las aves que los han ingerido, bioacumulánodose en sus tejidos. La contaminación múltiple de químicos debido a la ingestión puede causar efectos tóxicos en las aves marinas.
“Los resultados implican que cualquiera de estos aditivos puede detectarse con una probabilidad del 73 por ciento en el tejido de las aves marinas que ingieren 15 trozos de plástico”, dice.
Se estima que la ingestión de plástico mata al año más de un millón de aves marinas.