Ocean Sentry
Una combinación de sobrepesca y cambio climático está desencadenando un “sobrepastoreo” de los arrecifes del este de Tasmania por una floreciente población de erizos de mar.
El profesor Craig Johnson de la Universidad de Tasmania y sus colegas informan de estos hallazgos en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
“Cuando estos dos factores tienen lugar simultáneamente, permite que las poblaciones de erizos aumenten hasta el punto que pacen destructivamente,” informa el profesor Johnson.
Los científicos creen que el cambio climático está provocando vientos más fuertes en el Océano Antártico que aceleran la rotación del sistema del océano que impulsa la corriente australina oriental. Esta corriente más acelerada ha provocado que el calentamiento de las aguas se expanda hacia aguas de Tasmania, haciendo que el agua en esta zona sea cuatro veces más cálida que la media global.
La corriente también transporta con ella especias invasoras del norte como el erizo Diadema savignyi procedente de las aguas de Nueva Gales del Sur.
‘Es una especie fuertemente agresiva y puede erosionar los lechos marinos y muchas otros animales asociados a éstos,’ señalando que pueden crear un hábitat llamado ‘desierto de erizos de mar.’
‘Es como una excavadora en un bosque tropical, lo talas hasta que la tierra queda desnuda. Alrededor del 50% de la costa de Nueva Gales del Sur tiene actualmente ese aspecto.’
El profesor Johnson señala que él y sus colegas descubrieron en anteriores estudios que los erizos de mar están empezando a formar desiertos en Tasmania y que ha empezado la batalla por detener el curso de esta expansión.
Un miembro del equipo de investigación Dr. Scott Ling también descubrió que la langosta es un depredador clave del erizo de mar, una industria pesquera de 50 millones de dólares.
El informe más reciente del equipo considera el impacto en los arrecifes derivado de la interacción entre el cambio climático y el declive en la población de depredadores como la langosta a causa de la sobrepesca.
El profesor Johnson y sus colegas llevaron a cabo experimentos dentro y fuera de áreas marinas protegidas para demostrar que la pesca ha hecho más vulnerables a los arrecifes a la amenaza del clima.
‘Si sólo tuviéramos el cambio climático sin la sobrepesca de la langosta entonces, aunque el erizo estuviera igualmente aquí, probablemente sería una especie en segundo plano… no provocaría desiertos.’
Los erizos sólo se convierten en problema cuando su depredador principal se sobrepesca. Añade que el problema principal es que los erizos pueden desnudar los arrecifes de manera indefinida, usando algas microscópicas que le ayudan a sobrevivir. A diferencia de otros herbívoros, los erizos no desaparecen.
El profesor Jonson señala que únicamente las langostas de un determinado tamaño pueden devorar erizos de mar. Deben ser lo suficientemente grandes para que sus patas delanteras puedan rodear al erizo de mar.
‘El problema es que estos tipos enormes han sido sobrepescados, básicamente no queda ninguno.’
El profesor Johnson señala que no basta con establecer límites al tamaño de las langostas que pueden ser capturadas, dada la necesidad de que haya suficientes animales nuevos para reponer a los grandes cuando estos mueran.
