Un estudio ha hallado niveles nocivos de químicos, incluido el pesticida DDT, que se prohibieron hace tiempo, en los tejidos de dos especies vulnerables de delfín que nadan en aguas que fluyen a la Gran Barrera de Coral.
Los científicos hallaron que los niveles de los químicos en los tejidos del delfín beluga de Heinsohn (Orcaella heisohni) y el delfín jorobado australiano (Sousa sahulensis) se han triplicado y, en algunos casos, aumentaron incluso más entre 2010 y 2015.
Una muestra de tejido tomada de una hembra de delfín jorobado tenía concentraciones de policlorobifenilos (PCB), prohibido en Australia desde 1975, que se encuentran entre los más elevados registrados en la literatura científica.
Científicos de la Universidad Flinders y la Universidad Southern Cross, de Australia, examinaron los niveles de PCBs, DDT y hexaclorobenceno (HCB) en los delfines en 2009 y 2010 y luego volvieron a tomarlas en 2014 y 2016.
Los resultados del estudio han sido publicados en la revista Ecological Indicators.
Se usaron dardos especiales para tomar muestras de 5 milímetros de grasa y piel mientras los delfines nadaban en el estuario del río Fitzroy y en Port Curtis.
El Dr. Daniele Cagnazzi, ecólogo marino de la Universidad Southern Cross, dice que el 68 por ciento de los delfines a los que les fueron tomadas las muestras tenían niveles de químicos suficientemente elevados como para afectar a su salud y “supervivencia a largo plazo.”
“Los PCBs, DDT y HCBs han sido relacionados con eventos de mortalidad masiva”, dice. “Sabemos que tienen implicaciones para la salud y que pueden afectar al sistema inmune de los delfines y hacerlos más vulnerables a otras enfermedades.
“Estos elementos llevan décadas prohibidos en Australia y en muchos otros países, pero dada su persistencia en el medio ambiente pueden sobrevivir durante largos periodos de tiempo.”
El delfín beluga de Heinsohn es la única especie de delfín endémica de Australia y ambos están clasificados como vulnerables en el estado de Queensland.
Aunque el estudio no tenía previsto encontrar la causa, los investigadores sospechan que las inundaciones en las regiones y el desarrollo portuario cercano probablemente están detrás del aumento en los niveles de estos contaminantes.
El Profesor Guido Parra, coautor del estudio, dice que la acumulación de contaminantes “podría tener implicaciones en la supervivencia a largo plazo de todas las poblaciones de delfines en Queensland.”
Añade que la amenaza de los químicos se suma a los problemas ya existentes a los que se enfrentan estos mamíferos, incluidos el cambio climático, la destrucción del hábitat, el ruido submarino y la pesca.
Tooni Mahto, directora de especies amenazadas de la Sociedad Australiana de Conservación Marina ( DHS), dice: “Estos delfines son especies únicas y vulnerables y sus poblaciones son muy pequeñas.”
“Estos animales siguen pagando el precio de unos químicos que dejamos de usar hace casi medio siglo. Se han convertido en asesinos silenciosos en el mar.”
La Dra. Liesbeth Weijs, del Instituto Australiano de Ríos de la Universidad Griffith, Australia, quien no ha participado en el estudio, dice que los resultados pueden ser reflejo de lo que ocurre en todo el mundo.
Weijs explica que los contaminantes se van bioacumulando en el tejido graso de los delfines a través del alimento que ingieren, contaminados por los mismos tóxicos, principalmente pescado.
“Estos compuestos fueron diseñados para ser persistentes y resistir durante décadas,” añade.