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El cambio climático está afectando al lobo marino antártico

Tres décadas de datos revelan que las hembras de esta especie están naciendo más pequeñas y que aquellas que llegan a la edad adulta se reproducen más tarde.

También se están registrando cambios sutiles en su genética.

Los investigadores explican en la revista Nature que un cambio en un patrón climático dominante ha afectado el suministro de la principal fuente de alimento de los lobos marinos antárticos, el krill.

“Se ha producido una importante reducción del tamaño y masa corporal de los recién nacidos,” explica el Dr. Jaume Forcada de la British Antarctic Survey (BAS).

“A lo largo de 27 años, hemos visto como las crías nacían con un 8 por ciento menos de masa corporal y como las hembras se reproducen más tarde, al menos uno o dos años más tarde de lo normal.”

“Y cuando se reproducen, son más adultas con respecto a las hembras de hace 30 años. Esta situación se ha observado en todo tipo de animales y es un indicativo de la escasez de alimento.”

El estudio se ha centrado en la isla Georgia del Sur, un territorio británico de ultramar (BOT) en el Atlántico Sur que cae dentro de la influencia de aguas antárticas.

BAS tiene una estación de monitorización a largo plazo en la isla Bird del territorio, desde donde el equipo ha seguido el comportamiento y salud de los lobos marinos desde principios de la década de 1980.

En su informe, los investigadores relacionan directamente la disminución de la población con la disponibilidad de krill cada vez más inestable.

En años particularmente malos, cuando hay menos krill en la isla Georgia del Sur, todos los depredadores que dependen de este crustáceo ven frustrado su éxito reproductivo y las playas se llenan de crías muertas de lobo marino y pingüino.

El krill llega principalmente del sur, transportado por las corrientes al BOT desde la Península Antártica y la parte occidental del contienente blanco.

La población de este pequeño crustáceo depende del hielo marino, que usa para protegerse y como fuente de alimento, comiendo las algas que crecen en las mitades inferiores de los témpanos.

Pero el hielo marino en los sectores occidentales de la Antártida ha sufrido un pronunciado revés en los últimos años, a diferencia de otros sectores.

El equipo del BAS lo atribuye a un importante cambio en un patrón de presión atmosférica conocido como Modo Anular del Hemisferio Sur (SAM) que, en su fase positiva, limita la formación de hielo marino mediante tormentas, vientos fuertes, temperaturas elevadas y más precipitaciones.

“Lo que hemos de saber es que la disponibilidad y previsión del krill en Georgia del Sur está muy correlacionada con el SAM.”

El equipo de BAS también examinó el ADN de los lobos marinos y halló que actualmente las madres tienen una diversidad genética mayor que hace 20 años.

Normalmente, una mayor variación genética (o heterocigosidad) es algo bueno porque permite a una población enfrentarse mejor a las enfermedades y al estrés ambiental.

Pero el grupo señala que este aumento en la diversidad no se ve en las crías que nacen cada año en Isla Bird, en parte porque la diversidad depende también de la genética de los machos, pero también porque las circunstancias en las que los lobos marinos se encuentran en estos momentos significa que los cachorros más débiles son aplastados.

“Si la heterocigosidad fuera hereditaria y prevaleciera hasta tal punto donde no nacieran más homocigóticos (diversidad ajustada), uno podría pensar que estarían mostrando a largo plazo una respuesta evolutiva, pero no es el caso,” explica Forcada.

“Están mostrando un proceso de selección que en gran parte actúa mediante la supervivencia de las hembras jóvenes apropiadas y luego a cada generación el reloj se resetea.”

Por el momento el lobo marino antártico es una especie abundante que se ha recuperado totalmente de años de sobreexplotacion humana.

Pero el equipo advierte que si continúan los factores de estrés es probable que la población de Georgia del Sur se desplome a medida que vaya disminuyendo el éxito reproductivo y los individuos se dispersen en busca de suministros más previsibles de krill.

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