Un león marino de Nueva Zelanda (Phocarctos hookeri) en peligro crítico ha muerto en una red de arrastre para calamares. Forest and Bird dice que su muerte es un ejemplo del porqué el arrastre es tan peligroso para la especie, a pesar de intentar hacerlo más seguro.
Los dispositivos de exclusión de leones marinos (SLEDs) se han instalado en las redes en un intento por dar a los leones marinos un mecanismo de escape si quedan atrapados.
Sin embargo, la organización Forest and Bird dice que no hay ninguna prueba de que el dispositivo haga lo que se supone que tiene que hacer.
“No hay ninguna prueba para demostrar que lo único que hacen los SLEDS sea expulsar animales muertos o heridos, impidiendo ser contados por los observadores,” dice Anton Van Helden, de Forest and Bird.
“No tenemos forma de saber el número real de leones marinos que atraviesan los SLEDs.”
El león marino muerto era una hembra, lo que significa que al menos tres animales podrían verse afectados por su muerte debido a la posibilidad de que fuera gestante o tuviera crías a su cargo.
Solo quedan unos 12.000 leones marinos de Nueva Zelanda en estado silvestre en todo el mundo.