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Las tormentas en Nueva Zelanda han provocado estragos en el hábitat y los pollos de pingüino azul

Un verano plagado de eventos meteorológicos extremos ha provocado estragos en los lugares de cría del pingüino azul (Eudyptula minor) de Nueva Zelanda.

A medida que aumenta la preocupación ante la posibilidad de que el ciclón tropical “Hola” se sitúe sobre Nueva Zelanda, la organización Forest & Bird ha publicado imágenes de vídeo que revelan el impacto de las tormentas de este año en el hábitat de la especie.

Toda una temporada reproductora quedó destruida en la zona costera de la isla Otata, en el golfo de Hauraki, a principios de año debido a las extremas condiciones climáticas.

Los pollos murieron enterrados o ahogados debido a los enormes oleajes, mareas reales y descomunales olas.

La residente local Sue Neureter dice que en todo el tiempo que lleva viviendo y visitando el área ha visto nunca las madrigueras tan amenazadas como ahora.

“No son solo pingüinos. Todos los pollos de ostreros fueron arrastrados por las olas,” dice.

Neureter dice que los guijarros que han estado llegando a la costa también están causando preocupación. Ahora están cubriendo los lechos intermareales de mejillones azul y verde, y hay casi siempre una columna de sedimento debido a la erosión de la playa.”

Adelia Hallett, de Forest & Bird, decía que las dramáticas escenas revelan la cantidad de muertes que está provocando el cambio climático en Nueva Zelanda.

“Estamos viendo chorlitos carambolos en la costa oeste y en el puerto Ohiwa tratando de desplazarse hacia el interior a medida que el aumento del nivel del mar destruye sus lugares de nidación tradicionales y como los pollos de kokako mueren por culpa de tormentas como las producidas por el paso del ciclón Gita,” dice Hallet.

“En Dunedin, solo han eclosionado 16 de los 29 huevos fértiles de albatro real, probablemente debido a los efectos del clima caluroso.”

Hallett también advierte que la mortandad debido al cambio climático está afectando a las especies nativas que finalmente verán dañada su capacidad para podar gozar de buena salud.

“Nuestros bosques nativos son excelentes absorbiendo dióxido de carbono de la atmósfera,” dice. “Los bosques, dunas de arena, manglares y lechos de crustáceos ayudan a amortiguar el impacto de las tormentas y las sequías en la costa.”

Los efectos negativos en los hábitats del pingüino no han sido la primera prueba de las repercusiones que han tenido las tormentas en la fauna silvestre este verano.

Cientos de aves muertas llegaron muertas pocas semanas después del clima extremo.

La organización Western Bay Wildlife Trust recibió reportes masivos de pardelas, petreles, cormoranes moñudos y pingüinos hallados en la costa así como 38 peces globo recogidos en las playas.

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