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This spring, temperatures in Alaska and northern Canada have been significantly higher than usual. Red indicates areas warmer than average while blue indicates colder than average. The darker the red, or blue, the greater the deviation from average. (NASA Earth Observatory)

Las temperaturas en Alaska superan los 32ºC por primera vez en la historia

Según el Servicio Nacional de Meteorología, la ola de calor sin precedentes que está azotando el estado de Alaska ha provocado temperaturas que han superado los 32ºC en ciudades como Anchorage, una temperatura que marca una temperatura sin precedentes en un estado donde los efectos del cambio climático son muy evidentes.

El mes pasado fue el más el caluroso registrado, con precipitaciones un 6 por ciento por debajo de lo normal. Estas temperaturas excepcionalmente cálidas son causadas por una enorme área de alta presión justo por encima de nosotros, según el meteorólogo Bill Ludwig del Servicio Meteorológico de Estados Unidos.

En la imagen, el rojo indica áreas más calientes que la media mientras que el color azul indica más frías. Cuanto más oscuro el rojo o el azul, mayor la desviación de esa media.

El estado además está sumido en llamas. Se estima que los incendios ya han devorado 634.000 acres y siguen totalmente descontrolados.

Las temperaturas del agua más cálidas tiene profundos efectos en el sistema climático y la red trófica. Están apareciendo animales marinos y aves muertas y las temperaturas son lo suficientemente elevadas como para hacer proliferar floraciones de algas, que pueden hacer tóxicas las aguas para la fauna silvestre.

El calentamiento es sin duda una señal de que nuestro planeta se está calentando y parte de la tendencia del aumento global de las temperaturas.

“Este evento es incuestionablemente un reflejo de nuestro clima cambiante”, dice Brettschneider. “Lo que está ocurriendo en la costa de Alaska es lo que nos depara a todos en cualquier parte. Mucha gente está sintiendo los efectos del cambio climático y ni siquiera lo sabe. Los cambios están ocurriendo y se irán magnificando,” dice.

Los incendios, la falta de precipitaciones y el calor no son los únicos problemas que afectan al estado. Según el Centro de Evaluación y Política Climática de Alaska, la cobertura de hielo en toda Alaska, que normalmente dura hasta finales de mayo, desapareció en marzo.

El hielo en el mar Bering se ha fundido a un ritmo alarmante, provocando el aumento de las temperaturas, dice el climatólogo Brian Brettshneider del Centro Internacional de Investigación Ártica. Las temperaturas del océano en la región nunca han experimentado estas cifras.

El cambio climático también está provocando cambios en lagos, lagunas, humedales y en la composición de la flora que afectan a la salud humana, la fauna silvestre y los ecosistemas. Los lagos se están secando. Las aguas superficiales y los humedales que proporcionan hábitat reproductivo para millones de aves acuáticas que pasan el invierno en los 48 estados inferiores corren peligro.

Las temperaturas más altas y las condiciones más secas hacen aumentar el riesgo de sequías, incendios y plagas de insectos. Enormes incendios han devorado más bosque boreal en Alaska en los últimos 10 años que en ningún otro momento y se prevé que el área quemada anualmente se multiplique por dos para 2050. Los incendios alteran el hábitat del bosque, mejorando las condiciones para los alces y algunas especies de plantas, pero reduciendo los líquenes de los que depende el caribú en invierno.

El cambio climático está teniendo efectos desproporcionados en el Ártico, que está se está calentando el doble de rápido que la media del resto del planeta. La razón se debe a un proceso positivo de retroalimentación: el hielo marino y la nieve hacen rebotar gran parte de la radiación solar de nuevo al espacio (efecto albedo), pero a medida que estas superficies reflectantes se van derritiendo dejan expuestas las aguas más oscuras por debajo, que absorben los rayos del sol, calentando el agua y provocando más deshielo y más calentamiento.

Los modelos climáticos prevén que el hielo marino seguirá disminuyendo y revelan que el Ártico podría quedarse sin hielo para finales de verano de 2030.

Credit: Patty Waymire

La pérdida de hielo marino supone también nuevas oportunidades para el tráfico marítimo, la competición de las naciones por la exploración de gas y crudo, el turismo y otras actividades económicas. Sin embargo, también supone la entrada potencial de especies invasoras y la pérdida de hábitat para multitud de especies que dependen del hielo, incluidas morsas, focas y osos polares.

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