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Las piscifactorías de camarón amenazan el segundo mayor bosque de mangles de la India

En el ahora enorme descampado solo se ven montañas de arena cada vez más próximas al bosque de mangles de Pichavaram, el segundo mayor bosque de mangles de la India, a no más de 300 metros de donde se están creando las nuevas piscifactorías de camarón.

Los datos publicados en la página web de la Autoridad Costera de Acuicultura revelan que hay un total de 129 piscifactorías de camarón en el distrito de Cuddalore. Casi 76 están en Parangipettai Taluk, en Cuddalore, de las cuales 50 todavía tienen que renovar su licencia. Al menos 25 están en Pichvaram y Killai, cerca del bosque de mangles.

S.G. Ramesh, que lidera la protesta para el cierre de estas piscifactorías, dice que hay varias funcionando sin licencia y que la Autoridad Costera de Acuicultura todavía no las tienen documentadas.

La acuicultura en el área de bosque protegido no solo amenaza la cobertura de bosque, sino también a la flora y fauna que sustentan estas aguas salobres.

El estudio ‘The effects of coastal shrimp farming on birds in Indian mangrove forests and tidal flats’ conducido por los científicos Rajarathinavelu Nagarajan y Krishnamoorthy Thiyagesan y al que se puede acceder desde la página web www.actazool.org, detalla que el número total de aves aumentó de 5.156 en 1987 a 13.097 en 1992, pero que descendió posteriormente cuando aumentó el número de piscifactorías.

“La cría de camarón alcanzó su punto álgido en 1995 y ese año se registraron 5.091 aves. En 2001, la población de aves descendió a un nuevo mínimo, con 1.278 individuos, seguido de un ligero aumento en 2002.

El número de especies presentes siguió el mismo patrón. En 1987 se registraron 50 especies, que alcanzaron un máximo de 63 en 1990, para luego descender rápidamente a un mínimo de 23 en 2001, señala el estudio.

Ramesh afirma que después de 1992, el Departamento de Silvicultura prohibió a la gente pastar su ganado o coger ramas del área de bosque.

“¿Cómo se explica entonces que se pueda permitir crear piscifactorías a 300 metros del bosque de mangles?, se pregunta Ramesh.

Añade que ha identificado al menos nueve lugares a lo largo del bosque de mangles de Pichavaram donde han aparecido más piscifactorías.

“Además de usar agua de los arrojos y canales cortando los manglares, los químicos usados para alimentar al camarón se tiran a las aguas salobres,” dice.

Los pescadores locales que pescan en las aguas poco profundas confirman que muchas especies en los lagos y masas de agua próximas están desapareciendo rápidamente y que se están multiplicando las especies invasoras, dice.

“Ha sido hallada una nueva especie de cangrejo en los lagos,” dice Sathyaseelan, un pescador del norte de Pichavaram. “Nunca habíamos visto esta especie antes de la construcción de las piscifactorías.”

Añade que, dado el vertido de químicos al agua, ya no se ven muchas de las especies que llegaban a los lagos procedentes del mar para desovar.

“Variedades de peces como el catla, el sankara y varias otras han desaparecido. Solíamos ganar entre 500 y 600 rupias por kg y al menos 1000 vendiendo cangrejos. Las camarones criados en las piscifactorías han infestado los lagos.”

Ravi Bhalla, de la Fundación para la Investigación Ecológica, Promoción y Aprendizaje (FERAL), subraya que el impacto de estas piscifactorías cerca del bosque de mangles depende del tipo de especie y de los químicos que se usan.

“La acuicultura normalmente implica la adición de cantidades importantes de nutrientes y químicos que ayudan a acelerar el crecimiento del camarón a la vez que reducen la posibilidad de enfermedades e infecciones. La mayoría de piscifactorías usan arroyos naturales próximos como suministro de agua y también para arrojar desechos, pudiendo alterar el medio ambiente natural de forma considerable, con contaminantes biológicos y químicos así como la introducción de especies exóticas. Esto no está permitido en un área protegida como es el bosques de mangles de Pichavaram,” dice.

El Departamento de Silvicultura ha descartado la presencia de cualquier piscifactoría dentro del perímetro de la reserva en Pichavaram y Killai.

Senthil Babu del Movimiento de los derechos de la gente costera detalló que después de establecerse la Autoridad de Gestión de la Zona Costera en 2011, se creó una autoridad licenciante centralizada.

“Esta autoridad autorizó las piscifactorías desde un sistema de ventanilla única que ha abierto más posibilidades de infracciones. Segundo, no lleva a cabo ninguna verificación y, en este caso en particular, hay una flagrante violación del bosque protegido y santuario. El bosque de mangles es un ecosistema sensible. Un ecosistema que implica gente, trabajo y comunidades y donde cada uno depende de la otra, dice.

Ravi Bhalla afirma que Pichavaram es uno de los dos bosques de mangles protegidos en Tamil Nadu y uno de los últimos representantes de un importante ecosistema. También es una fuente de sustento para las comunidades. También son importantes defensas costeras contra marejadas ciclónicas y tsunamis.

“No creo que haya algún argumento contra la conservación del bosque. Para ello, han de mantenerse las condiciones ambientales básicas y los requerimientos del ecosistema. Esto incluye los flujos ecológicos, protegerlo de la invasión, la deforestación, la contaminación y la introducción de especies exóticas,” dice.

Las piscifactorías también han contaminado el agua subterránea en las aldeas colindantes.

Los residentes de 15 pueblos próximos a las piscifactorías están decididos a luchar hasta que se retiren estas piscifactorías completamente.

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