Ocean Sentry
(from Telegraph.co.uk) Con las imágenes aun frescas en nuestras mentes de los cuerpos muertos de las ballenas arrastradas hacia los barcos en los Océanos del Sur, está claro que algunos países siguen sin disminuir la caza de ballenas. No podemos permanecer pasivos observando como se produce, sin impedimento alguno, esta innecesaria cacería.
A finales de este mes los países que conforman la Internacional Whaling Comission (IWC) se reunirán en Chile para discutir la prohibición de la caza de ballenas.
Como siempre, ciertos países intentaran socavar la prohibición o levantarla parcialmente. La Unión Europea y sus estados miembros no pueden permitir que esto ocurra. Particularmente son países bien situados para influir en el resultado contra cualquier intento de levantar la prohibición y debemos actuar en armonía a fin de prevenir la reanudación de la caza de ballenas. El comercio de ballenas que continua bajo la capa de ‘Investigación científica’ es inaceptable.
Las ballenas son únicas en nuestro ecosistema. Estas magníficas criaturas están entre las myores del Mundo, pueden medir más de 30 metros y su peso más de 160 toneladas.
Tres siglos de extensa caza casi las ha conducido a la extinción, y mientras algunas especies han hecho su reaparición desde la moratoria de 1986, la supervivencia de otras todavía está en peligro.
La Unión Europea ha estado y continúa al frente de los esfuerzos a nivel mundial para proteger a estos animales. La caza está prohibida en aguas europeas y los productos de ballena no pueden ser importados dentro de la Comunidad Europea con fines comerciales.
Una propuesta reciente de la Comisión Europea ayudó a la creación de santuarios y otras leyes de protección. Pero nuestra dirección internacional sobre el tema ha sido minada los últimos años por divergencias entre sus estados miembros. Esta divergencia fue claramente puesta de manifiesto en el encuentro de la IWC en St. Kitts y Nevis en el 2006, y después en Anchorage en el 2007, donde la Unión Europea fracasó en el acuerdo.
La división hizo poco por la reputación internacional de la Unión Europea, pero más preocupante, arriesgó la supervivencia de muchas especies de ballena. Ahora hay un claro peligro en esta división y que los países cazadores de ballenas podrían aprovechar en Junio.
La unión europea y sus miembros deben hablar en una única voz en Chile este Junio. Debemos frustrar cualquier intento de volcar la moratoria en el comercio ballenero. Es importante un frente unido en la IWC de todos los estados miembros. El encuentro en Junio no debe señalarse como el principio del final para las ballenas.
Bajo las actuales regulaciones de la IWC, la comisión no puede representar los estados miembros, y esto pone la responsabilidad en los estados individuales de la Unión Europea. La comisión por tanto pide a sus miembros que alcancen una posición común en el próximo encuentro de la IWC. Una postura colectiva enviaría un mensaje claro y bloquearía cualquier intento de derribar la prohibición de caza.
Un considerable número de especies cazadas por las naciones balleneras están en riesgo, y muchas de ellas no sobreviran a una reanudación de la caza. Nuesta conciencia no puede cagar con la extinción de más especies.
Deseo con todas mis fuerzas que todos los estados miembros cumplan con la obligación moral de proteger a las ballenas y estén juntos con sus compañeros de la Unión Europea para reforzar la protección de las ballenas.
Stavros Dimas es el Delegado Europeo de Medioambiente.
