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La tormenta perfecta que azotó al golfo de México

Según sugiere un artículo publicado en PLoS ONE, los delfines mulares al norte del golfo de México se vieron afectados por un “triple golpe” de acontecimientos provocando un elevado índice de mortalidad inusual a principios de 2011.

Entre enero y abril de 2011, embarrancaron en la costa norte del golfo de México 186 delfines mulares (Tursiops truncatus). De éstos, 86 habían nacido hacía poco o eran recién nacidos, elevando a casi el doble el promedio histórico. Las muertes están siendo supervisadas por un estudio del evento de “mortalidad inusual” (UME, de sus siglas en inglés) que empezó en respuesta al elevado número de delfines adultos varados hallados muertos durante un periodo sostenido de tiempo frío a principios de 2010.

El estudio de PLoS ONE sugiere que el tiempo frío fue el primero de los tres factores que debilitó a la población de delfines y contribuyó a la elevada tasa de mortalidad. El segundo fue el vertido de crudo de Deepwater Horizon que siguió en abril y el tercero la enorme entrada de agua fría dulce en 2011 en la bahía de Mobile, en el golfo de México, procedente del derretimiento de la nieve.

Los delfines se enfrentan de forma natural a fluctuaciones de la temperatura estacional y de agua dulce, señala la autora principal Ruth Carmichael, científica marina en el Laboratorio Dauphin Island Sea en Alabama, y ningún factor aislado causaría necesariamente varamientos o la muerte. Sin embargo la entrada de agua dulce fría puede haber sido la gota que colma el vaso en el caso de que la población de delfines estuviera ya debilitada por la falta de alimento debido a eventos anteriores tales como el crudo en la cadena alimentaria en el norte del golfo o la infección bacteriana.

Según Teri Rowles, coordinadora de respuesta a varamientos de mamíferos marinos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) en Silver Springs, Maryland, entre junio de 2010 y enero de 2012, 12 de los 51 delfines embarrancados sometidos a pruebas para Brucella bacteria dieron positivo. La Brucella, que está presente en algunos animales sanos, puede causar neumonía, encefalitis, infecciones de la piel y huesos y abortos en delfines.

‘Los estudios muestran que los delfines se encontraban en un precario estado de salud después de la explosión de Deepwater Horizon así como de algunos inviernos particularmente fríos. Por los análisis de la NOAA, sabemos además que algunos tenían Brucella,’ dice Carmichael. ‘Para unos animales ya afectados y con un estado de salud tan debilitado, esta entrada de agua dulce fría pudo haber afectado en la mortalidad.’ El agua fría vertida en la bahía de Mobile durante el periodo de alumbramiento en primavera y un mayor número de varamientos de recién nacidos fueron hallados cerca de esta área. Dado que los delfines tienen un periodo de gestación de 12 meses, algunos de los delfines embarrancados hubieron sido concebidos durante el vertido de crudo, que podría haber afectado a su capacidad para sobrevivir.

‘Es un hecho común que los animales sanos son mucho más capaces de enfrentarse a los cambios y al estrés,’ dice el biólogo marino Moby Solangi, director del Instituto para el Estudio de los Mamíferos (IMMS) en Gulfport, Misissippi. ‘Con múltiples problemas ambientales, no podemos ser capaces de decir si fue una cosa u otra. Sabemos que en el últimos años los delfines en el norte del golfo se han visto sujetos a numerosos problemas ambientales y sabemos que cada uno de estos problemas ha afectado a su capacidad para hacer frente al resto.’

Como suele ocurrir en los varamientos, se recuperaron pocos delfines en condiciones lo suficientemente buenas como para determinar la causa de la muerte. El estudio del UME sigue en curso y los análisis y datos finales no estarán disponibles hasta 18 meses.

Carmichael espera que el estudio anime a los científicos a considerar los entornos físicos y químicos en los que ocurren eventos tales como los varamientos, dado que estos podrían afectar a la forma en la que las especies responden al estrés.

‘Es importante comprender las relaciones entre los eventos que están relacionados con los humanos y que pueden gestionarse y aquellos que simplemente ocurren y que podemos o no ser capaces de gestionar,’ añade.

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