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La temperatura de los océanos en 2017 fue la más alta registrada nunca

Entre los científicos que estudian el cambio climático, tal vez la información más esperada cada año sea cuánto se ha calentado la Tierra. Esa información solo pueden darla los océanos porque casi todo el calor se almacena allí. 

Si quieres comprender el calentamiento global, primero necesitarás comprender el calentamiento de los océanos.

Eso no quiere decir que otras mediciones no sean también importantes. Por ejemplo, las mediciones de la temperatura del aire, que nos afectan directamente. Otra medición importante es el aumento del nivel del mar y la acidificación de los océanos. Podríamos seguir hablando de otros marcadores del cambio climático sin embargo, para comprender la velocidad a que se está calentando la Tierra, la clave está en los océanos.

Esta importante información sobre los océanos ha sido publicada hoy por un equipo de investigadores de clase mundial procedentes de China. Los investigadores (Lijing Cheng y Jiang Zhu) hallaron que los primeros 200 metros de las aguas oceánicas fueron mucho más cálidas en 2017 que el anterior año más caliente. 

Medimos la energía térmica en julios. Resulta que 2017 fue un año sin precedentes, 1.51 × 1022 julios más caliente que ningún otro año. En comparación, la generación eléctrica anual generada por China es 600 veces inferior que el aumento del calor en el océano.

Los autores proporcionan un largo historial de calor en los océanos que data de la década de 1950. Por aquel entonces habían suficientes sensores de la temperatura del océano para tener una valoración precisa de su calentamiento. Sus resultados se muestran en la figura de abajo. La gráfica muestra el calor del océano como una “anomalía”, es decir, un cambio en su base de referencia entre 1981 y el año 2000. Las columnas en azul son más frías que el periodo entre 1981 y el 2000, mientras que las columnas en rojo son más cálidas en comparación a ese periodo. La mejor forma de interpretar este gráfico es ver el aumento constante del calor del océano a lo largo de este largo periodo de tiempo.

Lo que resulta interesante es que de un año a otro (o durante unos años) el calor en los océanos puede aumentar o disminuir. Esto se debe a que existen fluctuaciones naturales que pueden transferir energía adicional a o de las aguas. Uno de estos eventos naturales es el conocido ciclo de El Niño/La Niña en el océano Pacífico. 

Existen otras fluctuaciones y ocurrencias naturales como las erupciones volcánicas y otros cambios en las corrientes océanicas. El hecho de que 2017 fuera el año con los océanos más calientes no demuestra que los humanos estemos calentando el planeta pero la tendencia ascendente a largo plazo que se extiende muchas décadas atrás sí demuestra el calentamiento global. El gráfico de arriba es la imagen más importante para mostrarle a alguien que niega la realidad del cambio climático.

Los autores fueron un poco más allá e investigaron cómo el calor se introducía en los océanos por región. Hallaron que en 2017, gran parte del calor se depositó en los océanos Atlántico y Austral. Los autores también calcularon que todo este calor resultó en aproximadamente un aumento de 2 mm de nivel del mar (el agua se expande a medida que se calienta, y por tanto aumenta el nivel del mar).

Entre otras consecuencias de este calor se incluyen la disminución de los niveles de oxígeno en los océanos, el blanqueamiento de los arrecifes de coral y el deshielo tanto del hielo marino como de las plataformas de hielo (el deshielo de las plataformas también provocará un aumento del nivel del mar). Y ya estamos observando estos efectos. El hielo ártico está experimentando un descenso a largo plazo y es posible que el Ártico deje de tener hielo. Se han registrado eventos de blanqueamiento coralino sin precedentes, en particular en las aguas frente a la costa de Australia. La cuestión es que los efectos del calentamiento global no son solo teoría, sino que son reales.

Las consecuencias de este calentamiento año tras año tiene repercusiones reales en nosotros los humanos. Afortunadamente, sabemos porqué los océanos se están calentando (debido a los gases de efecto invernadero que emitimos) y podemos hacer algo. Podemos pasar a la acción para reducir el calor en nuestro planeta usando energías limpias y renovables (como la eólica y la solar)

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