Un equipo de investigadores conducido por la organización sin ánimo de lucro Sociedad Zoológica de Londres (ZSL) ha descubierto que los tiburones escasean mucho más en hábitats próximos a grandes núcleos humanos de más de 10.000 habitantes y mercados de pescado. El equipo también halló que el tamaño medio del cuerpo disminuía dramáticamente en estas áreas, donde se captura y masacra a estos depredadores por sus aletas y carne.
El estudio, publicado en la revista PLOS Biology, revela que el tamaño medio del cuerpo de los escualos así como su número – vitales para mantener la salud de los ecosistemas marinos – han disminuido notablemente en áreas cercanas a ciudades con más de 10.000 habitantes con flotas pesqueras asociadas.
La distancia mínima de estos núcleos y la pesca sin efectos mensurables era 1.250 kilómetros, una distancia mucho mayor de lo que sugerían estudios anteriores y probablemente refleja el aumento de la distancia a la que actualmente tienen que viajar las flotas pesqueras. Como resultado, los tiburones solo fueron observados en el 12 por ciento de los lugares monitorizados.
Los investigadores también hallaron que la temperatura de la superficie del mar influía enormemente en el tamaño medio del cuerpo de tiburones y otros depredadores, que disminuía a temperaturas de más de 28ºC. Aunque consistente con los patrones biogeográficos normales, es algo que podría acabar convirtiéndose en un problema a medida que sigan subiendo las temperaturas.
El Dr. Tom Letessier, autor principal, decía: “La actividad humana es actualmente la mayor influencia en la distribución de los tiburones, superando cualquier otro factor. Solo el 13 por ciento de los océanos del mundo puede considerarse “salvaje”, pero los tiburones y otros depredadores son mucho más comunes y considerablemente más grandes a distancias mayores a los 1.250 km de la gente, lo que sugiere que grandes depredadores marinos son, por lo general, incapaces de prosperar cerca de humanos y es otro ejemplo claro del impacto de la sobreexplotación humana en nuestros mares.”
Para recopilar la información, el equipo analizó imágenes de vídeo tomadas en 1.041 lugares por todos los océanos Índico y Pacífico para demostrar el mayor rango posible de condiciones y hábitats. Los lugares variaban en función de la proximidad a pescaderías y poblaciones humanas. Para ello se usaron cámaras fijadas a cestos llenos de cebo. En total el equipo registró 23.200 animales de 109 especies, de los cuales 841 eran tiburones de 19 especies distintas.
Letessier añade: “Nuestro estudio también ha hallado que los hábitats de aguas poco profundas, o profundidades inferiores a los 500 metros, son vitales para la diversidad de depredadores marinos. Por lo tanto, necesitamos identificar lugares tanto de aguas poco profundas como remotas y priorizarlas para su conservación.
“Los grandes depredadores marinos, en especial tiburones, juegan un papel único e irremplazable en los ecosistemas marinos, controlando y manteniendo sanas las poblaciones de presas en el siguiente eslabón inferior de la cadena trófica, eliminando aquellos individuos más débiles, enfermos y heridos, y transportando nutrientes entre habitats débilmente conectados por enormes distancias”, añade.