Hoy ha empezado la caza anual de lobos marinos de El Cabo (Arctocephalus pusillus pusillus) en Namibia, una de las mayores matanzas de mamíferos marinos del mundo. A partir de hoy serán apaleadas hasta la muerte unas 80.000 crías de lobo marino tras ser separadas violentamente de sus madres y ser acorraladas en medio del pánico. Las crías, todavía lactantes, serán golpeadas en el cráneo y por todo el cuerpo.
Luego, con vida o no, serán apuñaladas en el cuello.
También se ha fijado una cuota de entre 6.000 y 7.000 machos adultos, que serán abatidos a tiros, y cuyos genitales serán usados en el mercado chino para la elaboración de lociones supuestamente afrodisíacas.
Es un escenario verdaderamente espantoso que tiene lugar a primera hora de la mañana durante 4 meses en el más absoluto secretismo antes de abrir la reserva al turismo, sometiendo a la colonia a un profundo estrés y trauma diario y sin posibilidad de recuperarse.
No se conocen bien las consecuencias de este estrés crónico, pero probablemente suponga abandono de las crías por parte de sus madres cuando entran en pánico y malnutrición. Además, los cazadores escogen crías físicamente más grandes y dejan a las más pequeñas o delgadas, con pocas posibilidades de sobrevivir. Esta selección puede debilitar la población a largo plazo.
Los permisos de caza los emite el Ministerio de Pesca y Recursos Marinos, quien “acusa” a los lobos marinos de esquilmar las poblaciones de peces.
Pero la matanza de estos animales tiene como única finalidad saciar la vanidad humana. Los huesos se usarán en joyería y las pieles para hacer botas y otros objetos de lujo.
Hatem Yavuz, conocido como el carnicero de Namibia, es el responsable de la muerte de estos cientos de miles de lobos marinos.
Yavuz reside en Australia y su planta procesadora de pieles está ubicada en Turquía.
Yavuz controla el 60 por ciento del mercado de pieles del mundo. Dado que Turquía no forma parte de la Unión Europea, cuyos miembros tienen prohibida la importación y exportación de productos derivados de las focas, las pieles son enviadas desde Namibia a Turquía donde son procesadas y vendidas a países como China y Rusia. Se calcula que en la última década se han exportado unas 400.000 pieles.
El magnate pagará unos 7 dólares por piel. Para hacer un abrigo hacen falta entre 6 y 8 pieles (de cría) y, una vez fabricado, Yavuz lo venderá por unos 30.000 dólares australianos.
El lobo marino de El Cabo se halla en las aguas frente a la costa sudoeste del sur de África y se estima una población de unos 1,7 millones de individuos. Más de la mitad se encuentran en Namibia y el resto en Angola y Sudáfrica, que prohibió la caza comercial en 1990. La especie no está amenazada de extinción pero, en virtud de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), el organismo formado por 183 naciones que regula el comercio internacional de fauna silvestre, podría verse amenazada si su comercio no se regula y controla de cerca.
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