Home / Noticias / Mamíferos Marinos / La guerra fría por encima de la sangre más caliente

La guerra fría por encima de la sangre más caliente

A medida que llega al fin de su segunda temporada en Estados Unidos y Canadá, la exitosa serie de Animal Planet, Piratas Ecológicos, ha demostrado ser una serie de acción polémica y provocadora de emociones, desde el animado apoyo a la enfurecida oposición.

Rodada en los confines del mundo en las más remotas y glaciales aguas de la costa de la Antártica, Piratas Ecológicos documenta las confrontaciones cada vez más intensas entre la Sea Shepherd Conservation Society y la flota ballenera japonesa.

La serie de Animal Planet ha despertado la polémica internacional con audiencias del lado de los defensores de las ballenas o del lado de los asesinos de ballenas. Existe una polémica adicional entre aquellos que defienden a las ballenas que condenan las tácticas de la Sea Shepherd Conservation Society.

Lo importante es que, tanto si nos adoras como si nos odias, la gente ve la serie y toma conciencia de estos temas y del drama anual en el gran Océano Antártico.

Las acusaciones negativas van desde la incompetencia de la tripulación de Sea Shepherd a la condena rotunda como criminales y ecoterroristas. No hay duda que la serie provoca emociones y lo que es más importante, estimula la discusión y reflexión. Estos elementos, añadidos al drama de arriesgar la vida a bordo de un barco entre icebergs, tormentas, ballenas y pingüinos, producen un espectáculo televisivo fascinante y de éxito.

Existen cuatro puntos igualados de crítica contra Sea Shepherd. Primero, que la tripulación de Sea Shepherd no es competente, segundo, que la caza de ballenas japonesa es legal y que Sea Shepherd no tiene ningún derecho a oponerse, tercero, que la tripulación de Sea Shepherd es ‘ecoterrorista’ y cuarto, que Sea Shepherd no ha conseguido nada significante con sus campañas.

Es cierto que muchos de los miembros de la tripulación de Sea Shepherd carecen de experiencia, pero el hecho es que estos voluntarios traen al proyecto la pasión que no puede encontrarse en una tripulación a sueldo. Por supuesto, los oficiales son experimentados. La mejor prueba de competencia es que tras cinco viajes a las aguas de la Antárctica, Sea Shepherd nunca ha sufrido pérdidas humanas, nunca ha padecido ninguna lesión grave y nunca hemos sufrido contratiempos tales como incendios, desprendimientos, embarrancamientos o daños provocados por el hielo. Los balleneros han sufrido tres muertes, dos por accidente y otra por suicidio, un incendio catastrófico que provocó una muerte, desprendimientos así como numerosas lesiones graves como resultado de su operación ballenera. El Steve Irwin puede que no sea un buque de clase rompehielos pero tampoco los son ninguno de los buques balleneros y esta última temporada el Yushin Maru No.2 sufrió importantes daños ocasionados por el hielo mientras que el Steve Irwin no sufrió ninguno.

El examen de competencia está en la experiencia. En este mar hostil donde Sir Ernest Shackleton perdió su barco y Sir Robert Scott pereció con su tripulación, la tripulación de Sea Shepherd se ha demostrado así misma ser competente.

Con respecto a la ley, la Sea Shepherd Conservation Society opera según los principios establecidos en la Carta Mundial para la Naturaleza de las Naciones Unidas que permite a las organizaciones no gubernamentales y a los individuos sostener las leyes de la conservación internacional y tratados.

La flota ballenera japonesa en el Santuario del Océano Antártico no está apoyada por el comité científico de la Comisión Ballenera Internacional. Japón tiene como objetivo las ballenas en peligro de extinción en un santuario de ballenas establecido internacional y en violación a los términos de una moratoria internacional sobre la caza comercial de ballenas. La flota japonesa está violando el Tratado de la Antártica, llevando a cabo una actividad comercial y reabasteciendo sus barcos por debajo de los seis grados. El Tribunal Federal Australiano ha dictaminado que Japón está en desacato a una orden del Tribunal Federal Australiano que prohíbe las actividades balleneras japonesas dentro de aguas territoriales del antártico australiano.

La Sea Shepherd Conservation Society interviene contra las operaciones balleneras japonesas porque somos una organización anti furtivismo y la única diferencia entre los furtivos de ballenas en el Océano Antártico y los furtivos de elefantes en África oriental es que los furtivos africanos son negros y pobres. En África, los rangers disparan a los furtivos. Nosotros únicamente les lanzamos mantequilla podrida.

La tripulación de Sea Shepherd está haciendo lo que los gobiernos deberían estar haciendo pero que rechazan hacer debido a las amenazas de represalia comercial por parte de Japón.

Tras cinco viajes al Santuario de Ballenas del Océano Antártico, ningún miembro de la tripulación de Sea Shepherd ha sido condenado por ningún delito en relación a las actividades de Sea Shepherd. No ha resultado herido ningún ballenero como resultado de nuestras actividades. No se ha emitido ninguna orden de arresto y la tripulación de Sea Shepherd es libre de viajar por todo el mundo. De hecho, durante más de treinta años de operaciones ningún miembro de la tripulación de Sea Shepherd ha sido condenado por delito grave y ninguna persona ha resultado lesionada.

Por supuesto, hoy en día da igual si una persona está defendiendo a las ballenas o presentándose a presidente de los Estados Unidos, la palabra acusatoria preferida es ‘terrorista’, palabra que prácticamente ha perdido su sentido, incluso China ha clasificado oficialmente de terrorista al Dalai Lama.

Si soy un ‘terrorista’, entonces soy una clase extraña de terrorista. He recibido un reconocimiento presidencial de George H. Bush, el Premio de la Paz del Amazonas entregado por el Presidente de Ecuador, ciudadano honorífico de Key West, Florida y ciudades en Australia, Francia y Canadá. Fue citado como ‘Héroe Medioambiental del Siglo XX’ por la revista Time en el 2000 y he sido invitado a reunirme con dignatarios como el Príncipe Alberto de Mónaco, el Presidente Abdoulaye Wade de Senegal, el vicepresidente Dr. Alfred Palacio de Ecuador e invitado para dirigirme a los ministros del gobierno de Brasil. Además, el Consejo Ejecutivo de Sea Shepherd incluye al ex ministro de medioambiente australiano Ian Campbell y al ex ministro de medioambiente colombiano Rafe Mair, dos hombres de naturaleza conservadora, no propensos a apoyar el ‘terrorismo’.

El objetivo de la campaña de Sea Shepherd es hundir económicamente a la flota ballenera japonesa. Durante los últimos cuatro años hemos recortado las cuotas y puesto en negativo los beneficios de la industria. Hasta las intervenciones de Sea Shepherd, los japoneses conseguían matar toda su cuota. Nuestra intervención en 2005/2006 y la Operación Migaloo en 2007/2008 vieron recortar su cuota a la mitad en 500 y 484 ballenas respectivamente. La Operación Musashi en 2008/2009  la recortó en 305 y obligó a los balleneros a ampliar en dos semanas su temporada de caza a un elevado coste.

Las declaraciones económicas del Instituto de Investigación de Cetáceos demuestran pérdidas de 2.1 billones de yenes (23 millones de dólares). La industria sobrevive con las subvenciones del gobierno. Los balleneros admiten que necesitan capturar 750 ballenas para cubrir gastos. Nosotros lo hemos impedido. Se han pospuesto los proyectos de construcción de un buque factoría de repuesto debido a la falta de inversión de capital para actualizar la flota.

Tenemos a la flota ballenera japonesa en la soga económica y el propósito de mantener la presión hasta que cerremos esta industria ilegal de una vez por todas.

Algunas personas no están de acuerdo con nuestros métodos sin embargo nuestros clientes no son las personas. Nosotros representamos a los intereses de las grandes ballenas y mientras no causemos heridas a humanos y mientras no estemos en violación de la ley, nuestras acciones están justificadas.

Si fuera un ‘terrorista’ o siquiera un criminal, estaría en la cárcel. Tan simple como eso.

Hay más de 1500 ballenas nadando libremente en las aguas de la Antártica que ahora estarían muertas de no ser por nuestra intervención. Estos son los resultados de los que nos sentimos orgullosos y que hacen que los riegos valgan la pena.

Leer Artículo en Inglés. Por Paul Watson

Check Also

El cambio climático está contribuyendo a las muertes de ballena franca del Atlántico Norte

El aumento de las temperaturas del mar debido al cambio climático está suponiendo otro duro …