Ocean Sentry
El gigante italiano del petróleo Eni recibe luz verde para perforar en aguas federales del Mar de Beaufort.
La Administración Trump aprobó ayer un proyecto presentado por la compañía petrolera Eni EE.UU para extraer petróleo del Océano Ártico, creando el marco para un devastador derrame de crudo en una de las áreas biológicamente más ricas del Ártico estadounidense.
La compañía, una filial estadounidense del gigante italiano de petróleo y gas ENI, se ha aferrado a sus contratos de arrendamiento en el Mar de Beaufort desde que los adquirió hace más de una década. El arrendamiento hubiera expirado a finales de este año si Eni no hubiera hecho nada. La administración Trump proporcionó al público solo 21 días para revisar y comentar el plan exploratorio y solo 10 para comentar las especificaciones de una evaluación ambiental bajo la Ley de política nacional del medio ambiente.
“Un derrame de crudo en esta región haría un daño increíble y sería imposible de limpiar”, dice Kristen Monsell, abogada de la organización sin ánimo de lucro Center for Biological Diversity. “La administración Trump solo se preocupa de satisfacer a las compañías petroleras, sin importarle sus obligaciones jurídicas o las amenazas para los osos polares o nuestro planeta.”
Según el plan aprobado, Eni Estados Unidos perforará pozos de alcance medio en aguas federales del Mar de Beaufort de una instalación existente en aguas estatales de Alaska.
Los pozos propuestos por Eni serán los pozos de alcance medio más largos de Alaska, alcanzando más de seis millas.
La perforación está planificada en la Bahía Harrison, cerca del delta del río Colville. El área alberga muchos mamíferos marinos en peligro, incluidas ballenas de Groenlandia, osos polares y focas anilladas. Aves de todo el mundo, incluidos el eider de anteojos y el pato havelda, pasan el verano cerca de donde Eni perforará.
La Ley de Tierras Fuera de la Plataforma Continental requiere que la Oficina estadounidense de energía marina rechace un plan de exploración si “es probable que cause graves daños o perjuicios a la vida (incluidos peces u otra forma de vida acuática)” o al “entorno marino, costero o humano.”
La organización ha presentado comentarios instando a la administración Trump a rechazar el proyecto de Eni a la luz de los estándares estatutarios, el riesgo de devastadores derrames de crudo y el hecho de que la perforación en el Ártico agravará el calentamiento que ya está derritiendo el hábitat de osos polares y otra fauna silvestre del Ártico.
Destacados científicos climátologos dicen que la amplia mayoría de los combustibles fósiles sin explotar, incluidos todos los recursos de crudo del Ártico, deben seguir en el suelo para evitar cambios catastróficos e irreversibles en el clima. El pleno desarrollo y la quema de crudo y gas solo en el Océano Ártico podrían emitir casi 16 mil millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, el equivalente a más de nueve años de emisiones de tubos de escape de todos los automóviles y camiones en todo el país.
Eni estima que una enorme explosión de un pozo podría provocar el derrame de crudo de más de 21 millones de galones. Un derrame así sería imposible de limpiar. El Ártico carece de la infraestructura para organizar una respuesta a un derrame de crudo; hay pocas carreteras, no hay puertos de agua profunda y la estación de la Guardia Costera más cercana está situada a 1.000 millas.
“La administración Trump ha ignorado la ley precipitándose y aprobando una peligrosa perforación en esta remota y preciosa árera,” dice Monsell. “Nos enfrentaremos a la imprudencia de Trump por el bien de los osos polares, las ballenas y las focas y el frágil ecosistema donde viven.”
El 3 de mayo, la organización junto con otros grupos presentaron una demanda impugnando la orden ejecutiva del 28 de abril de Trump destinada a anular las protecciones permanentes para gran parte del Mar de Beaufort y todo el Mar de Chukchi de nuevas perforaciones de crudo y gas. La demanda está pendiente en una corte federal en Alaska.
