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La actividad humana en el Ártico intensificará el conflicto entre humano y oso polar

La visita el pasado mes de varias decenas de osos polares buscando alimento en el vertedero de una remota aldea rusa puede ser solo el comienzo de un intenso conflicto entre humanos y osos polares debido al avance de la actividad rusa en el Ártico.

El pasado mes, más de 50 osos polares se acercaron al asentamiento semiurbano de Belyushya Guba, en el extremo norte del archipiélago de Novaya Zemlya en el Ártico ruso, con hasta 10 de ellos deambulando por las calles y entrando literalmente en varios edificios.

Las autoridades locales declararon el estado de emergencia durante una semana y pidieron ayuda a Moscú.

Las imágenes del incidente corrieron como la pólvora y varios observadores acusaron a las autoridades de ignorar un vertedero cercano que estuvieron removiendo los animales.

Pero expertos en osos polares dicen que la razón principal de que los depredadores árticos se acercaran al asentamiento humano fue el congelamiento tardío del mar, es decir, la falta de hielo que usan como plataforma para cazar focas. Fue esto lo que los llevó a buscar otras fuentes alternativas de alimento.

Pero no queda ahí la cosa. Los expertos prevén que el conflicto entre humanos y osos polares se intensificará a la estela de los intereses rusos en nuevos proyectos energéticos, la navegación por la ruta marítima del Norte y los intereses militares estratégicos.

“El desarrollo en el Ártico aumentará el conflicto con los humanos, en especial ahora que los osos polares están perdiendo su plataforma vital en varias regiones y se ven obligados a acercarse a la orilla,” advierte el biólogo Anatoly Kochnev, destacado experto en osos polares que lleva estudiando a estos depredadores del Ártico desde la década de los 80.

Novaya Zemlya, un archipiélago formado por dos grandes islas entre los mares Kara y Barents, es un buen ejemplo de la nueva frontera de Moscú dentro del hábitat del oso polar.

Según la organización Polars Bears International, los osos polares del mar de Barents están sufriendo la pérdida más rápida de su hábitat en todo su rango – hasta 20 semanas sin hielo al año durante las últimas décadas.

“La monitorización del hielo revela que anteriormente el hielo cerca de Belushya Guba se formaba en diciembre,” dice Ilya Mordvintsev del Instituto Severtsov de Moscú, quien formó parte del grupo de científicos que prestó asistencia al pueblo.

“Los osos polares llevan millones de años migrando por esta época para cazar focas. Este año se acercaron a la orilla y no había hielo,” explica.

Desde el incidente, el hielo ya se ha formado y los osos han abandonado tierra firme, dice. “Pero es imposible descartar otra situación igual en los próximos años.”

Y cuantos más humanos vengan a Novaya Zemlya, más probabilidades de que aumente el conflicto humano – oso polar.

Novaya Zemlya fue el escenario de hasta 224 pruebas nucleares durante la era soviética y actualmente sigue siendo un territorio restringido. Pero tras un paréntesis pos-soviético, los militares han levantado nuevas instalaciones y un aeródromo. También se está construyendo un nuevo puerto, en paralelo con los planes inminentes de extraer depósitos de plomo y cinc.

En 2018 se desplegaron nuevos contingentes militares en Belushya Guba. La comunidad, que cuenta con escuelas y un enorme complejo deportivo, está formada por unas 2000 personas.

Kochnev recuerda el daño causado por el personal de defensa contra misiles estacionado anteriormente en la isla Wrangel al este del Ártico. En 1991, los soldados asestaron un golpe de hacha en la cabeza de un oso polar después de haberlo acostumbrado a alimentarse de restos de comida y acabara comportándose de forma agresiva. Los biólogos de la reserva natural de la isla nunca hallaron al animal herido, explica.

“Nos sentimos aliviados cuando se fueron un año después”, recuerda. “Sólo quedó el personal de la reserva, que sabía cómo comportarse con los osos. Pero ahora está empezando de nuevo. Moscú anunció en 2014 que el Ártico es una prioridad estratégica para su ejército.”

Kochnev escribió en 2015 una emotiva publicación después de que los constructores de una base militar en la isla Wrangel dieran primero de comer a un oso y luego una caja con explosivos, que el animal tragó y acabó explotando en sus intestinos. Este es el vídeo que registró los últimos momentos horribles del oso.

Kochnev criticó la construcción de la nueva base militar en medio del Parque Nacional de Bering y como resultado fue despedido de su trabajo en el parque.

Las edificaciones actuales con respecto a los osos polares se centran en cómo evitarlos, dice, pero la prioridad debería centrarse en fortificar las instalaciones para impedir cualquier contacto.

Los planes de Moscú de desarrollar el paso del Noreste también supone un problema para los osos polares de la región, dice.

“El uso constante de rompehielos está afectando a las focas que usan el hielo para alumbrar a sus crías, afectando a las poblaciones de focas y por tanto a la dieta principal del oso polar,” explica.

El año pasado Vladimir Putin ordenó un aumento en la capacidad del paso, considerada una ruta comercial alternativa a Asia, pasando de los 18 millones de toneladas actuales a los 80 millones de toneladas para 2024.

Kochnev dice que hasta la fecha los osos polares se han podido adaptar a las tendencias desfavorables, aprendiendo a alimentarse en grupo en lugar de cazar focas en solitario. Pero si el calentamiento continua, los osos polares se verán obligados a abandonar Rusia.

“Si los periodos sin hielo aumentan en otras 2 o 3 semanas, probablemente acabarán migrando al norte de Canadá, donde los cambios han sido menos notables,” dice.

Los osos polares que se queden en suelo ruso acabarán siendo abatidos en conflictos con humanos en algún momento.

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