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¿Qué está matando a las orcas?

La orca, el depredador más feroz del océano, resulta fácilmente reconocible por sus marcas blancas y negras, sin embargo no parece que el futuro se defina de forma tan clara.

Los expertos marinos están preocupados por una amenaza invisible para el animal que ha estado acumulándose en nuestros océanos desde la Segunda Guerra Mundial, en una época en que las industrias empezaron a emplear intensamente retardantes de flama tales como PCBs.

Más tarde, se descubrió que estos productos químicos eran perjudiciales para la salud humana y el medio ambiente, y gobiernos de todo el mundo prohibieron su uso en la década de los 70. Sin embargo, su legado sigue viviendo en los mares y océanos, dicen los biólogos, constituyendo una amenaza para animales tales como las orcas.

Población pequeña

Ingrid Visser creció observando las orcas, el principal miembro de la familia del delfín, desde las orillas de su Nueva Zelanda natal. Ha dedicado su vida a conocer más de cerca a estos animales.

La población de orca de la nación insular está formada por menos de 200 individuos y, como tal, está clasificada como amenazada.

‘Cazan en aguas de Nueva Zelanda, en aguas poco profundas en busca de rayas y en aguas más profundas en busca de tiburones,’ dice.

‘Estas orcas son únicas dado que se trata de la única población que hasta la fecha ha sido reconocida como especializada en la caza de rayas y tiburones.’

Sin embargo, según los estudios de Visser, esta dieta podría ser la razón por la cual la población no está creciendo. Como grandes mamíferos, las orcas ingieren grandes cantidades de presas. Pero esta posición en lo alto de la cadena alimentaria, como máximo depredador, las hace particularmente vulnerables a los cambios en su presa. Esto es debido a que la orca se alimenta de presas contaminadas o absorbe la contaminación del agua, ingiriendo toda la contaminación en la cadena en un proceso denominado ‘bioacumulación.’

Visser dice que sus estudios de los cuerpos de orcas varadas y los tiburones y rayas de los que se alimentan han confirmado este temor.

Según Alex Rogers, profesor de Biología de Conservación en la Universidad de Oxford, Reino Unido, la orca de Nueva Zelanda no es la única que convive con la contaminación.

‘Los estudios han identificado niveles altos de retardantes de flama en las orcas, en concreto del hemisferio norte, por ejemplo, desde el Pacífico Norte, en particular frente a las costas de Canadá y del Ártico,’ dice. ‘Estos productos químicos también han sido hallados en altas concentraciones en las orcas del hemisferio sur.’

Los PCB (policlorinatos bifenilo) fueron prohibidos globalmente desde la década de los 70. En los últimos años, la Unión Europea también ha prohibido el uso de PBEDs (Éteres difenil polibrominados) en la espuma para muebles y dispositivos eléctricos debido a su potencial toxicidad.

‘Los dos grupos principales de retardantes de flama, PCB y PBDE, tienen un rango de efectos en los animales entre los que se incluye la interferencia en la función tiroidal y metabolismo de la vitamina A, efectos negativos en el desarrollo neurológico y reproductivo e impactos en el sistema inmunitario,’ dice Rogers.

Amenaza persistente

Pero a pesar de las acciones para limitar el uso de estos productos químicos, referidos también como Contaminantes orgánicos persistentes (COPs), los expertos marinos sugieren que el daño ya ha sido hecho.

‘Los PCBs no son solubles en agua, solo se disuelven y acumulan en el tejido graso,’ dice el Dr. Paul Jepson de la Sociedad Zoológica de Londres.

Jepson dice que esta solubilidad en grasa es un asunto importante para los cetáceos hembras tales como las orcas que alimentan durante un año a sus crías con leche rica en grasa para impulsar su desarrollo.

‘Hay esta enorme transferencia maternal. Se ha calculado que en ballenas y delfines, puede transferirse cerca del 90% o más de la carga de PCB en el cuerpo de la madre, en particular a la primera cría,’ dice.

Los POPs son un problema que no va a desaparecer.

‘Aunque los PCB hayan sido prohibidos, son muy resistentes a descomponerse en el medio ambiente. El descenso de estos contaminantes está ocurriendo muy lentamente,’ dice Jepson.

En su papel de coordinador del Proyecto de Varamientos de Cetáceos del Reino Unido, Jepson entra regularmente con mamíferos marinos.

Sus estudios en la marsopa común, común en aguas de Gran Bretaña, ha subrayado el impacto continuo de los químicos.

Jepson dice que los hallazgos de Visser podrían constituir un grave motivo de preocupación para la población de orca en todo el mundo, en especial, para aquellas en aguas próximas a países fuertemente contaminados e industrializados.

‘Los niveles de contaminantes, en particular PCB, serán más altos en aguas europeas que aquellas en Nueva Zelanda,’ dice Jepson.

Hechos poco conocidos

Sin embargo esta sigue siendo un área de estudio polémica debido a la naturaleza esquiva de los sujetos.

La orca tiene la distribución más cosmopolita de todos los cetáceos, pudiéndose hallar en todos los océanos del mundo, sin embargo su amplio territorio, naturaleza depredadora y vidas en aguas profundas han limitado los estudios a largo plazo para determinar los tamaños de la población.

Tampoco hay demasiadas posibilidades de estudiar a los animales en tierra ya que raramente varan. El último encuentro de Jepson con una orca en el Renio Unido fue hace 12 años.

Poco se conocen por tanto las causas de las muertes de orcas y qué contaminantes hay en sus cuerpos.

Visser sin embargo está decidida a registrar las orcas de Nueva Zelanda con la esperanza de que proporcionarán información que ayudará a los conservacionistas de todo el mundo. Para ello, la científica está literalmente inmersa en el mundo de las orcas: sumergirse con los animales para documentar su comportamiento y salud.

Sin profundizar en los estudios de las poblaciones de orcas en todo el mundo, no habrá suficiente evidencia para saber realmente si las poblaciones están disminuyendo.  Fuente

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