Una importante revisión ha revelado que hasta un 90 por ciento de las poblaciones de aves marinas del norte de Nueva Zelanda corre peligro de extinción, con amenazas emergentes tales como el cambio climático.
La revisión ha hallado que son necesarias medidas urgentes para abordar seis amenazas clave: especies invasoras, pesca accidental, cambio climático, enfermedades, contaminación y el desarrollo costero.
“Antes de poder establecer un punto de partida para protegerlas, primero hemos de comprender a qué amenazas se enfrentan las aves marinas,” dice el autor principal Edin Whitehead, estudiante de doctorado de la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda.
El norte del país es epicentro de una enorme diversidad, con más de 28 especies en la región, de las cuales 5 no se hallan en ningún otro lugar del mundo. Sin embargo, apenas se conoce el estado de conservación de muchas de estas aves y las amenazas a las que se enfrentan, dice el informe de la organización Northern New Zealand Seabird Trust.
“Varias de estas aves han sido redescubiertas hace poco, tales como el paíño de Nueva Zelanda (Fregetta maoriana) en la isla Te Hauturu-o-Toi,” dice el coautor Chris Gaskin.
Entre algunas de las aves más vulnerables se encuentran la pardela de Parkinson (Procellaria parkinsoni), amenazada por la captura accidental en las pesquerías, y el charrancito australiano (Sternula nereis), el ave marina más amenazada de Nueva Zelanda, con menos de una docena de parejas reproductoras. Su población está directamente amenazada por la actividad humana.
Aunque algunas amenazas están bien documentadas, tales como los depredadores introducidos y la pesca, otras están emergiendo, tales como el cambio climático, la contaminación y las enfermedades.
“Aunque se han hecho algunos progresos en la erradicación de especies invasoras para restablecer las poblaciones de aves marinas, estas medidas no son suficientes cuando las amenazas a las que se enfrentan son múltiples, tanto en tierra como en mar,” dice el profesor asociado y coautor del informe, James Russell de la Universidad de Auckland.
El informe se hará público durante la conferencia Birds New Zealand en Wellington este fin de semana.