Un nuevo estudio conducido por la Universidad del Sur de Florida y el Eckerd College estima que las aguas de la bahía de Tampa en la costa oeste central de Florida contienen hasta 4.000 millones de partículas de microplástico, algo que plantea nuevos interrogantes sobre las consecuencias de la contaminación por plástico en la vida marina en este ecosistema vital.
Se trata de la primera medición de la abundancia y distribución de microplásticos en la región. Los investigadores esperan que los resultados proporcionen información necesaria para impulsar el debate sobre las políticas para reducir el plástico en el entorno marino.
Los microplásticos son diminutas partículas de plástico de menos de 1/8 pulgadas (≈3,1 milímetros), apenas visibles al ojo humano. Estas partículas proceden de la fragmentación de plásticos más grandes tales como botellas de agua, redes de pesca, bolsas de plástico y fibras de tejidos sintéticos y otros objetos que contienen elementos plásticos. Estudios anteriores han hallado estas partículas en todos los océanos del planeta, incluido el Ártico.
“Apenas hay información sobre la cantidad de microplásticos en el entorno y de sus consecuencias en la vida marina,” dice Kinsley McEachern, autor principal del estudio. “Pero investigaciones recientes revelan un amplio abanico de repercusiones en el entorno marino derivadas de la enorme acumulación de microplásticos,”.
Dado el tamaño de estas partículas parecido al del plancton, criaturas que se alimentan mediante filtración tales como las ostras, almejas, muchas especie de peces y varias aves ingieren estos microplásticos, facilitando su entrada en la cadena alimentaria. Contaminantes orgánicos persistentes, incluidos pesticidas tóxicos, y metales pueden adherirse a sus superficies, haciendo que su ingestión sea potencialmente mucho más dañina. Entre los efectos se encuentran daño celular, trastornos reproductivos e incluso la muerte.
El estudio ha revelado que el tipo predominante de microplástico en la bahía de Tampa – tanto en el agua como en el sedimento – son fibras resultado del desgaste de redes, palangres y aguas residuales de las lavadoras – que acaban en los océanos desde las plantas de tratamiento. La segunda mayor fuente hallada son trozos procedentes de la fragmentación de plásticos más grandes.
“Aunque pueda parecer tentador limpiar esta contaminación, no es factible eliminar estas partículas de la columna de agua o separarlas de los sedimentos,” dice David Hastings. “Solo eliminando las fuentes de plásticos (p.e retirando los productos de usar y tirar) y partículas de microplásticos se pueden reducir con éxito los riesgos potenciales derivados de los plásticos en el entorno marino,” dice.
Los investigadores hallaron que las mayores concentraciones de microplásticos en el agua ocurrían tras intensas y prolongadas precipitaciones, aunque en el caso de los sedimentos la mayor cantidad de microplásticos se localiza cerca de fuentes industriales.
Durante más de una década, Hastings dirigió varias expediciones a la bahía de Tampa para recoger muestras de agua y plancton.
“Estábamos examinando el plancton, que forma la base de la red trófica marina. Pero cuando pusimos las muestras bajo el microscopio, nos quedamos atónitos al descubrir la cantidad de microplásticos. Quisimos abrir esta nueva línea de investigación,” dice.
De promedio, el estudio halló 4 trozos de microplástico por galón de agua (4,5 litros) en todos los lugares y más de 600 por medio kilo de sedimento seco. Al extrapolar estos resultados a todo el estudio de la bahía de Tampa, los investigadores estiman que en estas aguas hay aproximadamente 4.000 millones de partículas en el agua y más de 3 billones de trozos de los sedimentos superficiales.
Los investigadores dicen que los resultados podrían ser incluso conservadores, dado que las muestras en la bahía se tomaron a solo unos varios pies de profundidad, con lo que probablemente se hayan pasado por alto microplásticos flotando en la superficie.
La contaminación por plástico en el entorno marino lleva preocupando a los científicos durante décadas, pero sólo recientemente se ha empezado a descubrir la generalizada abundancia de los microplásticos en el medio ambiente.
Se estima que en la superficie de los océanos del mundo flotan 5.250.000.000.000 partículas de plástico – el equivalente a 268.940 toneladas. El mar Mediterráneo es una de las regiones del mundo más afectadas por la contaminación marina, a la par con el mar Negro. Cada día van a parar a sus aguas unas 700 toneladas de plástico. Siendo un mar semicerrado, el Mediterráneo es más vulnerable que ningún otro océano. Sus aguas se renuevan cada 90 años y los plásticos persisten durante períodos que superan los 100 años. Actualmente hay entre 1.000 y 3.000 toneladas de plásticos flotando en su superficie, por lo general fragmentos de botellas, bolsas, envoltorios y redes de pesca.