Ocean Sentry
El pasado mes fueron halladas flotando muertas cientos de tortugas marinas frente a la costa del Pacífico de El Salvador, dejando perplejos a los científicos que intentan averiguar qué ha provocada la masacre.
Los locales empezaron a ver cuerpos en descomposición a partir del 28 de octubre, pero la mortandad masiva de entre 300 y 400 tortugas a unas siete millas frente a la bahía de Jiquilisco no se hizo pública hasta que el ministro de medio ambiente y recursos naturales de El Salvador anunció el incidente en Twitter y proporcionó información a los periodistas.
Hasta la fecha, las autoridades siguen recopilando información. Los detalles sobre la cifra exacta o la causa de la mortandad masiva siguen siendo escasos.
Al parecer la especie de tortuga más afectadas ha sido la tortuga golfina.
El hallazgo recuerda a dos eventos parecidos ocurridos en 2013 y 2016, cuando fueron halladas 200 y 120 tortugas muertas respectivamente.
En ambos casos, se halló que la causa de las muertes había sido una marea roja.
Una marea roja es una excesiva proliferación de microalgas en lagos, ríos, mar u otra masa de agua producida por un mismo o diferentes tipos de microalgas presentes. Lleva ese nombre debido al tipos específico de floraciones de algas las cuales consiguen teñir las aguas debido a los pigmentos que tienen estos microorganismos. A veces, en función de los organismos y condiciones, pueden llegar a ser tóxicas para la vida marina. Estas floraciones pueden verse exacerbadas por escorrentías de químicos como pesticidas y aguas residuales. Para las tortugas, la ingestión de floraciones tóxicas puede ser mortal.
Mike Liles ha vivido en El Salvador durante la última década trabajando en la conservación de tortugas como director de la filial de la Iniciativa Carey del Pacifico Oriental (ICAPO). De sus fuentes en el terreno, Liles sabe que al menos 300 tortugas adicionales pueden haber muerto en un área llamada Isla Tasajera, a 30 millas al oeste de la bahía de Jiquilisco, algo que todavía no ha sido confirmado por el ministro de medio ambiente.
Liles duda de si es posible acusar la mortandad a una marea roja. Esa explicación, dice, es probable, pero prácticamente imposible de decir con certeza hasta que el gobierno publique los informes sobre la marea y la toxicología.
Se han llevado varias muestras de los cuerpos a un laboratorio de toxicología de la Universidad de El Salvador para determinar si las tortugas murieron por la ingestión de estas algas.
Anteriormente, el arrastre de camarón también ha causado grandes mortandades. El reptil marino suele caer en las redes de forma accidental, donde se ahoga en las redes que peinan el suelo marino. La industria pesquera salvadoreña lleva usando estas redes desde que empezó el auge del sector en la década de los 70.
Sin embargo, desde el 17 de octubre, está en vigor una moratoria de un mes de la pesca de camarón en aguas salvadoreñas para permitir la recuperación de la población. Dado que la moratoria entró en vigor antes de que fueran hallados los cuerpos, Liles cree que no es probable que la pesca sea la causa de la muerte masiva. Pero señala que el arrastre sigue siendo generalmente muy peligroso para las tortugas.
Alexander Gaos, ecólogo del Laboratorio de la Conservación de la Ecología de la Universidad Estatal de San Diego y la Universidad de Calinfornia en Davis (SDSU), también duda a la hora de identificar la causa exacta hasta que el gobierno haga pública más información.
“Parece que la última década este tipo de incidentes han ocurrido bastante a menudo”, dice Gaos.
Se trata de una de las mayores mortandades de tortuga marina que ha experimentado el país nunca.
Liles especula que no se descarta la posibilidad de que, a medida de que la escorrentía procedente de la agricultura industrial va agravando las mareas rojas y las poblaciones de tortugas empiezan a proliferar, pudieran ser más comunes las mortandades a mayor escala. Gaos subraya la necesidad de más programas de conservación en el lugar.
