Ocean Sentry
El cuerpo sin vida encalló la semana pasada en Cerdeña, Italia, con 22 kg de plástico en su estómago. En su interior encontraron a su cría nonata en avanzado estado de descomposición.
El plástico ocupaba más de dos tercios del estómago del mamífero. Los veterinarios al cargo de la necropsia también vieron los restos de varios de los calamares que ingirió la hembra, pero cuyos nutrientes nunca lograron entrar al torrente sanguíneo debido a la obstrucción que había provocado la acumulación de plástico.
“Nunca he visto tanta cantidad de plástico,” decía Luca Bittau, biólogo marino de la organización SEAME Sardinia, una organización sin ánimo de lucro dedicada al estudio y protección de los cetáceos que viven en la región. Entre los desechos se hallaron redes de pesca, palangres, bolsas de plástico, la bolsa de un líquido para lavavajillas todavía con su marca y código de barras, tubos de plástico e incluso platos de plástico, como esos que usamos en casa,” dice. “Era como si nuestra vida cotidiana estuviera allí, solo que dentro de su estómago.”
Los científicos creen que el cachalote de 7,9 metros formaba parte de una manada que pasa gran parte del tiempo alimentándose y alumbrando a sus crías en el cañón cercano de Caprera, una grieta profunda bajo las aguas superficiales cristalinas del mar Mediterráneo. La región es popular entre turistas y embarcaciones, por lo que los biólogos pensaban que la mayor amenaza para las ballenas eran los peligros derivados de las colisiones por embarcaciones, no la contaminación por plástico.
Pero bajo la preciosa superficie del mar, dice Bittau, la situación es muy distinta. El océano profundo, donde se alimentan estas ballenas, está plagado de plásticos. Los cachalotes se sumergen en el cañón, usando la ecolocalización para localizar a sus presas, los calamares.
Pero una bolsa de plástico en el océano profundo al vaivén de las corrientes puede ser difícil de distinguir de un calamar. Y una vez una ballena ingiere una bolsa, ésta se queda en su interior. Cada error que comete el mamífero agrava el problema y su estómago se va llenando lentamente de material mortal.
La causa de la muerte todavía no se ha determinado. Los veterinarios y científicos siguen investigando lo qué mató exactamente a la ballena y a su cría. Pero este caso es solo el más reciente de una larga lista de mamíferos marinos hallados muertos con plásticos en sus estómagos.
“Los plásticos hoy en día están en todas partes del mundo, en todos los ecosistemas marinos y en todas las cadenas alimentarias, desde aves marinas a tortugas marinas y focas,” dice Nick Mallos, director del programa Trash Free Seas de la organización Ocean Conservancy. “Es un problema verdaderamente global con entradas masivas de plástico y las repercusiones no paran de aumentar.”
En respuesta a la crisis del plástico, la Unión Europea aprobó recientemente una prohibición sobre muchos tipos de plásticos de usar y tirar que entrará en vigor en 2021.
El pasado mes, una joven ballena de Cuvier fue hallada muerta con 40 kg de plástico en su estómago.
