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This is the 8th confirmed right whale death in the Gulf of St. Lawrence area so far this summer. This animal was reported floating July 20 and was very quickly brought to shore in northern New Brunswick by Fisheries and Oceans Canada (DFO). The team from MARS, Canadian Wildlife Health Cooperative - Atlantic Veterinary College, Université de Montréal and DFO are now onsite conducting the necropsy. (Marine Animal Response Society)

Hallada muerta otra ballena franca del Atlántico Norte en Terranova

Según el Departamento de Pesca y Océanos de Canadá (FDO), en las últimas semanas llegaron a la costa oeste de Terranova tres ballenas francas del Atlántico Norte, elevando a 9 el número de muertes confirmadas de la especie en el Canadá atlántico.

La semana pasada, el DFO investigaba el cuerpo de una ballena hallada en Chimney Cove, al sur del río Trout, en la península norte, para determinar si se trataba de una nueva muerte o una de las siete registradas anteriormente este verano en el golfo de San Lorenzo.

Ahora el DFO ha confirmado la muerte de dos ballenas francas del Atlántico Norte en Cape Ray y Cedar Cove y ha informado que una de las ballenas es una nueva muerte, lo que eleva a 9 el número total de ballenas muertas en lo que va de verano. El DFO sigue intentando determinar la identidad de las otras dos ballenas y la causa de la muerte.

Inicialmente, se pensó que el cuerpo sin vida hallado en Cedar Cove era el de una ballena jorobada o un rorcual. Sin embargo, el Dr. Jack Lawson del DFO ya ha confirmado que se trata de una ballena franca septentrional.

Lawson dice que quedan menos de 468 ballenas francas del Atlántico Norte en el mundo. Sin embargo, investigadores de Nueva Escocia, Canadá, sitúan la población en poco más de 500 ballenas.

La organización sin ánimo de lucro Marine Animal Response Society (Mars), dedicada a la conservación de mamíferos marinos, decía el lunes que los cuerpos descubiertos recientemente están en precarias condiciones.

El DFO informa que es crítico examinar cada animal para recopilar tanta información como sea posible con el fin de hallar las causas de las muertes.

Las amenazas a las que se enfrentan son las colisiones con barcos, artes de pesca, degradación del hábitat, contaminantes y ruido. Pero Tonya Wimmer, directora de Mars, dice que el número de muertes en un periodo de tiempo tan corto y en un área – el golfo de San Lorenzo – es “excepcionalmente inusual”.

Wimmer sugiere que es probable una combinación de factores, incluido más ballenas en la región en esta época del año y un aumento de la actividad humana. Kim Davis, de la Universidad de Dalhousie, señala que el aumento en el número de avistamientos podría deberse a que el zooplancton, su fuente de alimento, está escaseando en otros hábitats como el golfo de Maine y la bahía de Fundy.

El DFO, Mars y la Canadian Wildlife Health Cooperative se encuentran entre las organizaciones canadienses y americanas que intentan averiguar el porqué están muriendo tantas ballenas francas del Atlántico Norte este verano en estas aguas.

Esta temporada solo han nacido cinco crías y muchas de las ballenas halladas muertas eran hembras reproductoras.

En julio, Canadá tomó medidas para proteger la población, incluidos el cierre parcial de la pesca de cangrejo en el área, que se sabe frecuentan las ballenas, y la disminución de la velocidad de los barcos a 10 nudos o menos.

La especie fue cazada hasta su casi extinción durante la época ballenera entre los siglos XXVIII y IXX. Eran consideradas las ballenas “adecuadas para cazar” debido a su alto contenido en aceite y enormes barbas. También nadaban lentamente y cerca de la costa y flotaban una vez arponeadas, lo que las convertía en un objetivo fácil de los balleneros.

Se estima que la industria ballenera esquilmó la población tan dramáticamente que en 1930 se prohibió su caza comercial, quedando protegida conforme la Liga de las Naciones, el precursor de Naciones Unidas.

Desde entonces la población ha aumentado, aunque no lo suficiente como para sacar a la especie de su estado crítico.

La ballena franca se caracteriza por la presencia de callosidades en la parte superior de su cuerpo y costados de la cabeza. Estas callosidades están cubiertas por miles de crustáceos anfípodos llamados ciámidos o piojos de las ballenas. La distribución, dimensión y forma de estas callosidades varían de una ballena a otra, actuando como huellas dactilares que hace muy fácil identificarlas.

Su hábitat se extiende desde aguas costeras del sudeste de los Estados Unidos al golfo de San Lorenzo.

 

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