El número de cuerpos hallados frente a la costa de Canadá en las últimas semanas puede que sea la mayor mortandad de una de las especies de ballena más amenazada del mundo, dicen los expertos.
La séptima ballena ha sido hallada flotando sin vida en el Golfo de San Lorenzo, frente a la costa de Canadá, en lo que se describe como un golpe “catastrófico” para una de las ballenas más amenazadas del mundo.
El primer cuerpo fue descubierto a principios de junio. Al cabo de un mes, se descubrieron otros seis más, dejando perplejos a los biólogos marinos.
“Es devastador,” decía Tonya Wimmer de la Marine Animal Response Society, una organización sin ánimo de lucro dedicada a la conservación de los mamíferos marinos en la región. “Creo que es la mayor mortandad que hemos visto nunca para esta especie en particular.”
Se cree que la población global de ballena del Atlántico Norte – que vive a lo largo de costa este de Canadá y los Estados Unidos y que puede alcanzar hasta 16 metros de longitud- es de unos 525 individuos, lo que significa que el 1 por ciento de la población ha muerto durante el pasado mes.
“Es catastrófico en términos de impacto potencial para la población.”
Al menos dos de las ballenas eran hembras, una de ellas a punto de entrar en su etapa reproductiva. “Estamos hablando de entre 5 y 1o crías que hubiera tenido a lo largo de su vida, y eso ya no ocurrirá. Es desolador,” añade.
Sin una causa obvia de las muertes, un equipo formado por científicos federales, patólogos y veterinarios ha estado trabajando a contrarreloj para averiguar lo qué está ocurriendo. La semana pasada se llevaron a cabo las necropsias de tres de las ballenas con la esperanza de encontrar pistas antes de que los cuerpos se descompusieran.
Aunque sus resultados siguen siendo preliminares, hallaron indicios de traumatismo contundente severo y laceraciones en dos de las ballenas, lo que sugiere una colisión con un barco, mientras que la tercera habría muerto en un aparejo de pesca en el que estuvo enredada varias semanas.
Los resultados siguen sin explicar porqué las muertes han ocurrido en un plazo de tiempo tan corto, dice Wimmer. También se especula que pueden haber muerto a causa de un alga tóxica o algo que comieron.
La ballena franca fue cazada hasta la casi extinción a finales del siglo XVIII. En los últimos años, los investigadores han advertido que la especie se está desplazando al Golfo de San Lorenzo, provocando un aumento en las interacciones con humanos.
A principios de esta semana se informó de una ballena franca del Atlántico Norte enredada en un aparejo de pesca. Seis horas después de ser localizada, los científicos consiguieron liberarla de un palangre enganchado en su boca.
Los enredos, junto con el número de muertes sin precedentes, pueden sugerir que los aparejos de pesca tienen que mejorarse o que los barcos tienen que empezar a moverse más despacio cuando pasan por la región, dice Wimmer. “Ahora mismo siguen habiendo muchos interrogantes,” añade. “Probablemente haya más preguntas que respuestas.”