Ocean Sentry
Por octava vez este verano, ha sido hallada muerta otra ballena franca del Atlántico Norte y otra ha sido vista enredada en un aparejo de pesca en el golfo de San Lorenzo, según ha informado la Marine Animal Response Society.
Las ocho muertes han ocurrido en el golfo desde comienzos de junio, llevando a los expertos a considerarlo un “evento sin precedentes.” Ocho muertes es un número preocupante dado que la especie está en peligro crítico, con solo unos 500 individuos en todo el mundo.
El equipo de rescate dice que sus miembros, junto con el Departamento de Pesca y Océanos de Canadá (DFO), está trabajando para asegurar que se lleva a cabo la necropsia esta semana para determinar la causa de la muerte.
Pierre-Yves Daoust, patólogo de vida silvestre en el Colegio Atlántico de Veterinarios en la Isla del Príncipe Eduardo, dice que la ballena fue vista el miércoles por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) desde un avión. La agencia ha estado estudiando las ballenas francas del Atlántico Norte a lo largo de la costa este de los Estados Unidos y analizando las ballenas en el golfo.
“La NOAA ha sido de gran ayuda en nuestro intento de averiguar lo qué está ocurriendo en el golfo este verano,” dice Daoust, miembro de la Canadian Wildlife Health Cooperative. Dauost espera que la necropsia se lleve a cabo entre el viernes y el sábado como mucho dado que los cuerpos se deterioran rápidamente.
Los rescates de ballenas enredadas en aparejos de pesca permanecen suspendidos en Canadá y los Estados Unidos tras la muerte la semana pasada de Joe Howlett, un pescador de Nuevo Brunswick y voluntario en labores de rescate del Campobello Whale Rescue Team, cuando intentaba salvar a una ballena franca enredada.
El martes, la NOAA permitió los rescates de grandes ballenas excepto de ballenas francas del Atlántico Norte, ya que su comportamiento impredecible hace particularmente difícil los intentos de rescate.
Una vez cazadas hasta la casi extinción por los balleneros comerciales, la ballena franca del Atlántico Norte está actualmente clasificada como especie en peligro de extinción.
La especie ya no se caza y las principales amenazas humanas son las colisiones con barcos y los enredos en los aparejos de pesca. Dos de las ballenas cuyos cuerpos fueron hallados a principios de este verano mostraban indicios de haber sido golpeadas por buques grandes, aunque podrían haber sido golpeadas una vez muertas.
Jerry Conway, asesor del Campobello Whale Rescue Team, informa que el gobierno federal está intentando poner una marca de rastreo en el aparejo de pesca para poder seguir a la ballena enredada. Conway dice que espera que los permisos vuelvan a emitirse para poder liberarla de los cabos.
No se veía un número tan elevado de muertes desde la época ballenera, añade.
